0. “Sympathy for the
devil”, The Rolling Stones
“Bajamos las escaleras del Savoy y ya se adivina que está lleno, hasta
arriba. Calor humano. Nada tan
reconfortante después del viaje desde Oviedo. Las gafas se nos empañan a los
dos y no vemos posible siquiera acercarnos a la barra. Toca un grupo,
algo popy me parece por los primeros
acordes escuchados. Cuando las gafas empiezan a desempañarse vemos que aquello
está a tope. La chavalada anda en
camiseta y los abrigos están colgando de la barra, de la enorme barra del bar
que se ha convertido en ropero. Ya en Oviedo me di cuenta de que las chavalas
se visten de corto y el abrigo que las protege del frío exterior cuelga de su
bolso a modo de percha. Aquí ocurre lo mismo con la barra de madera del Savoy.
El grupo toca ahora algo más psicodélico, una versión del “Suzie Q” muy bien
tocada . Patxi y yo nos decidimos a
cruzar el mar de gente para aproximarnos al escenario y a la barra. Llevamos no
sé cuántas cervezas y la garganta se nos ha abierto. Tenemos sed. Logramos
entrar hasta un par de metros del escenario y nos mimetizamos con un grupo de
chicas que baila moviéndose lentamente, como los hippies de los 70. Hay buen
ambiente y se nos ofrecen veinte centímetros en la barra para poder pedir.
Justo en el momento en el que
Patxi llama al camarero el grupo reanuda su actuación. El
porqué de este diario surge en ese mismo momento. Parece... no es seguro...
parece... sí, están tocando el “Sympathy for the devil”, y no es posible tanta
casualidad. Patxi deja de mirar al camarero para mirarme a mí. Nos reímos, joder, qué fuerte, le digo a Patxi, esto hay que escribirlo. Así somos los
escritores. No pensamos más que en escribir todo aquello que nos llama la
atención, que nos hace tilín en el cerebro, todo lo anecdótico que queda
grabado en la memoria.
Nos damos la vuelta y disfrutamos de la actuación. Gritamos
como posesos el uuuuju a pleno
pulmón, cantamos con el resto de público de la sala, que también grita uuuuju de modo enloquecido, que se
retuerce sobre sus piernas, que se contonea y mueve la cabeza de un lado a
otro. Momento mágico que hace que me decida a escribir este diario con las
anécdotas del Simpatía. Cuando acaba
el tema ya tenemos las cervezas en la mano y hemos encontrado un hueco en la
barra para colocar los abrigos, encima de más abrigos. La noche promete y
fumamos tranquilos, dejándonos llevar por la música.”
Simpatía por el Diablo
Por favor, déjame que me presente
soy un hombre de riquezas y buen gusto
Ando rodando desde hace muchos años, muchos años
He robado el alma y la fe de muchos hombres.
Yo estaba allí cuando Jesucristo tuvo su
momento de duda y dolor
y me asegure por los infiernos que Pilatos se
lavara las manos y sellara su destino.
Encantado de conocerte
Espero que sepas mi nombre
Pero lo que te desconcierta
es la naturaleza de mi juego
Estaba cerca San Petesburgo
cuando vi que había llegado el cambio.
Mate al zar y a sus ministros
Anastasia grito en vano.
Conduje un tanque, tenia el rango de general
cuando estallo la guerra relámpago
y los cuerpos hedían.
Encantado de conocerte
Espero que sepas mi nombre
Pero lo que te desconcierta
es la naturaleza de mi juego
Mire con alegría mientras vuestros reyes y reinas
luchaban durante diez décadas por los diosas que crearon
grite: ¿quien mato a los Kennedy?
cuando después de todo fuimos tu y yo
Deja que me presente
soy un hombre de riquezas y buen gusto.
Tendí trampas a los trovadores
que murieron antes de llegar a Bombay
Encantado de conocerte
Espero que sepas mi nombre
Pero lo que te desconcierta
es la naturaleza de mi juego
Al Igual que cada policía es un criminal
y todos los pecadores santos
y cara o cruz es lo mismo, llámame simplemente Lucifer.
Necesito cierto freno
Así que si me encuentras, ten cortesía
un poco de simpatía y cierta exquisitez
Usa tu bien aprendida educación
¡o haré que se te pudra el alma!
Encantado de conocerte
Espero que sepas mi nombre
Pero lo que te desconcierta es la naturaleza de mi juego
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