El escriba, de Robert y Shana ParkeHarrison

El escriba, de  Robert y Shana ParkeHarrison
"Un libro debería ser un hacha para romper el mar congelado en nuestro interior" "¿Por qué la gente del futuro se molestaría en leer el libro que escribes si no les habla personalmente, si no les ayuda a encontrar significado a su vida?" J.M. COETZEE ("VERANO")

1/7/09

El poemario del mes: "Toda la luz del mundo (Minimal love poems)", de Ángel Guinda

TODA LA LUZ DEL MUNDO
Minimal love poems
De Ángel Guinda
(Ed. Olifante, 2008)

Por María Jesús Silva:

Ángel Guinda se nos muestra en este poemario, Minimal love poems, como un hombre humano, con gran carga de sentimentalidad. Se abre a través de los versos mostrándonos la luz que marca su vida, a la que persigue desde hace tiempo y a la que llegamos nosotros en sus poemas. No siempre esa luz es positiva, existen también los contrarios de la luz que poseen reflejo por sí mismos: la oscuridad, lo tenebroso, lo que no se sabe y lo que se esconde, son ejemplos de esa otra luz que también persigue. Guinda nos dice en los versos de su libro anterior Huellas, “Escribo para no morir. Si embargo me quito la vida en lo que escribo.” (pág, 45.1)
“Otros escriben con la vida, yo he escrito con la muerte.” (pág, 47.3)

Creo que la obra de Guinda se mueve entre la esperanza anhelada y el pesimismo que arrastra en busca de esa esperanza. Esta idea me lleva a la ‘poesía del silencio’. Y esta poesía la define De Villena como ‘una realización más mental que vital o experiencial que tiende a expresar el estupor de la idea, y no del sentimiento (...). La posibilidad de desarrollar una poesía meditativa, o sea, una inclinación moral: sentir el pensamiento y pensar el sentimiento.”
Guinda dice: “Nací matando”. Su madre, Ángeles, muere durante el parto. Esta circunstancia marca los días del poeta y los extremos serán algo en lo que se acostumbre a vivir y escribir.


Como figuras retóricas dentro del poemario aparecen, sobre todo, las de pensamiento en sus diferentes formas:
La Topografía, nos la muestra dentro de una imagen metafórica.
Ejs:
Pág, 42.
Para saber qué es la lejanía he llegado a este mar.
Pág, 44.
Lo inalcanzable me hace señales desde el horizonte.

Otra figura de pensamiento es el Retrato
Ej:
Pág, 56.
Tus ojos tienen música, tus ojos son las manos de la luz.

Todos los poemas ofrecen una máxima o sentencia de carácter filosófico, con deseos. Ello se percibe en la figura retórica de Optación (manifestación de un deseo) casi como un ruego (deprecación).
Ejs:
Pág, 46.
He movido la noche para que cante el sol.
Pág, 54.
Eres la lejanía, que me cerca.
Pág, 58.
Si tus manos se callan, ciegas se volverán todas las cosas.
Pág, 60.
Abre los ojos para que amanezca.
Pág, 108.
Hacia la plenitud de un gran claro que llega.

Aparece también el Epifonema, reflexión final dentro del conjunto del poema.
Ejs:
Pág, 64.
Con antorchas de frutas trajiste la mañana.
Pág, 66.
Toda la luz del mundo pasa por tu mirada.
Pág, 68.
Tu mirada incinera toda la luz del mundo.

Con la antítesis o contraste enfrenta dos pensamientos opuestos.
Ejs:
Pág, 50.
Lud alud.
Pág, 62.
Mancha la luz tu luz.
Pág, 78.
Qué insaciable beber un agua que tiene sed.
Pág, 90.
Ebrio de ti qué lucidez insomne.
Pág, 94.
Te amo mortalmente: para resucitar.
Pág, 106.
En pie todo el esplendor de los ocasos.
Pág, 110.
He cerrado los ojos para ver.
Una Perífrasis, que de una forma benévola nos señala un hecho desagradable.
Ej:
Pág, 68.
Tu mirada incinera la basura del mundo.

Preguntas retóricas para expresar sentimientos que no esperan respuesta.
Ejs:
Pág, 52.
¿Eres luz de invierno o el invierno de la luz?
Pág, 96.
¿Qué es toda la luz del mundo comparada con el mundo de la luz?
Pág, 104.
¿Sólo el adiós acerca?

En todo el poemario aparece la figura de pensamiento apóstrofe o invocación para dirigirse a personas o cosas presentes o ausentes.
Ej.
Pág, 100.
Voy por la casa apartando cosas porque falta tu luz.

La aliteración permite evocar estados de ánimo o sonidos de especial expresividad.
Ejs:
Pág, 50.
Luz alud.
Pág, 86.
Con con.

El conjunto es una hipérbole de sensibilidad y belleza, expresando los sentimientos ocultos en un deseo que parece no llegar, pero sin el que no se puede vivir. También es una esticotimia, cada poema-verso es una idea por sí sola, forma una frase completa con un sentido único.

Cada poema lo forma un solo verso largo consiguiendo un ritmo lento cargado de un tono grave y armónico. Esto nos recuerda también a los relatos hiperbreves, en los que en una sola frase nos dan la clave y nos resuelven una trama que nos emociona y nos sorprende utilizando el mínimo de recursos
Percibo una elipsis en cada poema, algo que queda suspendido que se descubre y no se cuenta, que se entiende sin palabras.

Los tiempos verbales más utilizados son el llamado presente futuro, acción referida al futuro pero captada como un presente. También el pretérito imperfecto, apropiado para la descripción por su valor durativo.

Opinión personal:

Ángel Guinda me acerca, nos acerca, a esa luz efímera que tienen algunos días, me descubre que puede ser más fuerte y brillante desde que sus poemas me conducen por ese mundo que no me acepta y al que me niego. Me salvan. El poemario de Guinda desvela la pasión buscada, y también la que nos empeñamos en esconder, pero él nos arrastra a ella y nos dejamos invadir por esa luz, en la que todo culmina y a la que nos aferramos, para recomponer nuestros sentimientos adheridos a un cuerpo de marioneta que se desmiembra contra la oscuridad. Esa misma oscuridad que él nos nuestra, de una forma sutil, paralela a la luz: “Voy por la casa apartando cosas porque falta tu luz”.

Bibliografía consultada: Prólogo de Toda la luz del mundo escrito por Manuel Martínez Forega


TODA LA LUZ DEL MUNDO
Minimal love poems
De Ángel Guinda
(Ed. Olifante, 2008)

Cambiar el mundo
por Esteban Gutiérrez Gómez

La propuesta de este mes es un curioso y valioso poemario que tiene la característica de contener poemas de un solo verso. Cada uno de estos poemas está escrito en castellano y traducido a las veintitrés lenguas de la Unión Europea. La propuesta literaria no es nueva pues el mismo poemario se publicó en el año 2002 en una edición en castellano traducida a todas las lenguas autonómicas del reino de España.

La obra comienza con una soberbia introducción realizada por Manuel Martínez Forega que nos ayuda a adentrarnos en el universo Guinda. Los aforismos del propio Ángel Guinda nos dan una idea de su personalidad y de las obsesiones que le acompañan. Guinda, heredero de la filosofía pesimista germana, escribe contra la realidad que le rodea, enfrentándose a una sociedad decrépita y sin sentido, contraria a lo que de ella demandaría un alma humana. Vida y muerte están siempre presentes en su obra. “Vivir es un drama”, llega a decir. Este pesimismo existencial y su preferencia por la soledad invita a preguntarnos el porqué de un libro dedicado al amor.

¿Qué amor? ¿Cómo el amor?

Guinda es un autor que “escribe para vivir”, que se acomoda en la lejanía y en la soledad, el amor es el contraste temático, la desemejanza presente en su poesía y se da en él, además, un hecho diferencial clave: “el amor es la forma superior de conocimiento y, por lo tanto, es una cuestión individual”. Son palabras de Manuel Martínez Forega que encierran la clave de lo que leeremos a continuación. El amor no es un hecho social, no está corrompido.
El amor puede ser la luz que ilumine al mundo.

Comencemos la lectura del poemario.
No es demasiado dificultoso y observamos que cuenta con metáforas magistrales (“nieva sobre el rubí”). No nos llevará más de unos minutos en su versión en castellano.

Efectuemos una segunda relectura, en parte para disfrutar, en parte para hilar esos poemas universales (de un solo verso), nanorrelatos en sí mismos. Para esto último, anotemos las palabras claves de cada uno de esos breves poemas y, ¿qué obtendremos?

Mar-lejanía-horizonte-noche-sol-luz-ojos-manos-ojos-luz-piel-caricias-agua-(consumación del amor)-fuego-luz-otro mundo.

Así es, Ángel Guinda nos ofrece la manera de cambiar el mundo, de superar el pudrimiento humano que habita en los corazones reunidos en sociedad, para lograr salvarlo, para hacerlo renacer (“Te amo mortalmente: para resucitar”).

El amor no es la luz que ilumina al mundo, no, es la luz que iluminará al nuevo mundo, un mundo no contaminado por la barbarie de la actual sociedad puesto que nace de la individualidad del ser humano.

Esa es la pretensión última de Guinda con este poemario: una revolución social amorosa. Algo serio y admirable. Amor para hacer de este mundo algo digno de ser vivido.

Trabajemos, juntos, para conseguirlo.