El escriba, de Robert y Shana ParkeHarrison

El escriba, de  Robert y Shana ParkeHarrison
"Un libro debería ser un hacha para romper el mar congelado en nuestro interior" "¿Por qué la gente del futuro se molestaría en leer el libro que escribes si no les habla personalmente, si no les ayuda a encontrar significado a su vida?" J.M. COETZEE ("VERANO")

17/6/09

Ámbito cultural (las fotos de la presentación)

Cartelería, merchardaising, fotos y nombre por todas las paredes (verdes, claro), pantallas de plasma y lo mejor: Miguel Ángel Zapata y Carlos Salem...
y todos los que pudieron acompañarme (sillas vestidas, oh la la)
MAZ abrió el acto y habló de lo que no tiene el colibrí y que a su juicio les sobra a las novelas históricas, de los registros en prosa que utilizo, destaca la utilización de elementos narrativos y el poso lírico de algunas de las narraciones, y habla de la voluntad de componer una novela con secretos escondidos. También dijo muchas cosas más (todas buenas, gracias MAZ) que calaron hondo y que interesaron a los asistentes porque así me lo trasmitieron después.
Inmediatamente después Carlos Salem nos comentó que no habría otra forma que narrar esta historia que como se ha hecho, de la ausencia que soterra el relato, de la valentía con la que afronté narrar este tema cuasisagrado de la guerra civil española (eso dijo), de la dificultad para el escritor de desechar páginas escritas para que sea el lector el que las escriba en su mente y del espíritu del vino que hila la narración. Y otras pinceladas que ayudaron al colibrí a volar y mostrarse interesante a los ojos de los posibles lectores (gracias, Carlos)
Luego me toco a mí. La verdad es que tenía poco que añadir. Que quizás si hay que encasillar la propuesta literaria yo la calificaría de cuento porque he utilizado técnicas de cuento (pero cada uno es libre de opinar lo que quiera y a mí, la verdad, no me molesta), que tanto Carlos como Miguel Ángel aportaron las claves para afrontar la lectura, y que sería aconsejable disfrutar de ella en un paraje tranquilo, con una copa de vino en la mano y más o menos dos horas por delante para no perder la intesidad de la narración.

Estuvo bien, y lo mejor es que El colibrí blanco gusta.

Un lujo de presentación (en palabras de un amigo: "igual que Saramago")
Pero, sinceramente, prefiero los antros oscuros, llenos de humo, en los que te puedes beber un cubata mientras comentas casi en la intimidad lo que te sale del alma sobre tu libro.
Vicious, que decía Lou Reed.
Ya habrá alguna ocasión de ello.
Todas las fotos son de José Naveiras y su Casimira II.
Gracias, compañero.

No hay comentarios: