El escriba, de Robert y Shana ParkeHarrison

El escriba, de  Robert y Shana ParkeHarrison
"Un libro debería ser un hacha para romper el mar congelado en nuestro interior" "¿Por qué la gente del futuro se molestaría en leer el libro que escribes si no les habla personalmente, si no les ayuda a encontrar significado a su vida?" J.M. COETZEE ("VERANO")

9/6/08

David González: EN LAS TIERRAS DE GOLIAT

Las películas que hemos visto,


los libros que hemos leído,


los juegos que hemos practicado:


todas estas cosas


son ahora


una parte importante


de nuestra autobiografía


inmediata.
Matt Horne



Todavía me cuesta dejar Algo que declarar en la librería, junto al resto de poemarios. Y es que recurro a él muchas más veces de lo que pensaba, así que lo tengo cerca del ordenador, junto a Rayuela y el diccionario de sinónimos.
Busqué con ansia En las tierras de Goliat por todas las librerías de Madrid, y no lo encontré. Tuve que esperar a que la gente de Atenas, en Fuenlabrada, tirase de sus contactos para traer el libro, y el libro llegó justo a tiempo, un par de días antes del desembarco de David en Fuenlabrada para hacer el doblete en el IES Federica Montseny y en el recital En carne viva de ESFERAdeLETRAS.
Lo tuve en mis manos la tarde del 28 de mayo y aquella misma noche (esas noches de loca lectura sin mirar el reloj y ya para qué si empiezan las primeras luces y dentro de un rato me tendría que levantar), devoré todas sus páginas con hambre de lobo.
Saqué mis conclusiones primeras y que, más tarde (relectura, subrayado, apoplegía, orgasmo, satisfacción, empatía, admiración) se confirmaron:


Una primera parte con más poesía auténtica de No Ficción: la hostia que pega “White Trash”, nada más empezar a leer; “El cascabel del sonajero” que te transporta al más allá de los años golfos (de los años que nosotros por entonces considerábamos golfos y, realmente, sólo eran traviesos); “La autopista” que releo y releo y no me canso de disfrutar; “Gatos” como David y como nosotros unas horas después (algo tiene que ver la crónica colgada en el blog de la ESFERA con este poema) del recital En Carne Viva; “Galeradas”, otro poema como “La autopista”, que tiene la virtud de ser visual y sonoro a la vez.
Una auténtica primera parte, con todos los significados gritados a pleno pulmón del adjetivo, un trozo del alma de David, que exorciza los demonios interiores a golpe de bolígrafo, como describe con técnica de mago en “White Trash”.
Con esto ya me daba por satisfecho. Podría destacar más poemas, pero dejo que el lector escoja sus preferencias una vez salga de las vísceras llenas de metáforas que no buscan enlucir, sino engancharte, perseguirte, fascinarte, dejarte con la boca abierta.
Entonces, sí, con esto ya era suficiente. Pero había más.


Una segunda parte, La caza espiritual, que nos descubre una técnica de composición que permite unir creatividades y que (¿cómo coño no sabía nada de esto, joder?) ya puso en práctica David en El hombre de las suelas de viento. Poemas africanos de Arthur R. (1879-1891) utilizando las cartas que Rimbaud enviaba desde África y que, a juicio de expertos, como dice David, funde las almas de los dos autores (sin olvidar a los traductores) hasta conseguir una nueva propuesta poética que no se sabe muy bien de quién es, si del francés o del asturiano, pero que, en cualquier caso (y he dicho “en cualquier caso”) da origen a una nueva concepción poética en la poesía de David González. Qué mejor poeta que Rimbaud, que dejó de escribir poesía a los 20 años, para realizar este acto hermoso y diabólico a la vez. Qué mejor que David González, poeta maldito por el mal-decir de muchos y aborregados críticos y compañeros de profesión (David intenta vivir de esto y ya le jode tantas patadas a la entrepierna. Como me dijo a mi una vez para aplicarme el cuento: “nadie dijo que fuese fácil. A cambio hacemos lo que queremos” que ya es mucho, pero la libertad cuesta, vaya si cuesta), para llevar a cabo la trasmutación, la transfusión de savia, la reanimación de la poesía de otro mítico poeta maldito como Rimbaud.
Quisiera destacar que la técnica compositiva de David, debe mucho a ese ejercicio de ver más allá en sus lecturas o en el visionado de películas y, por supuesto, en la realidad que le rodea (ver frase de Matt Horne con la que empieza el libro y que simpatiza con su poesía de No ficción). David tiene ya bien acostumbrada su visión para ver más allá de lo que la realidad le ofrece, esa mirada que tiene todo aquél que se siente escritor. La composición del poemario en base a las cartas de Rimbaud le hizo valorar en su técnica las repeticiones de palabras o frases cortas como modo de fijar una imagen en el lector, así como la utilización de frases alternativas precedidas de la “o” que introduce otros aspectos que enriquecen la lectura.

Pero En las tierras de Goliat guarda una sorpresa final, una tercera parte. Ignoro el motivo, por el que acaba el poemario con EXIT (Salida) e incluye aquí otros 4 poemas de No ficción entre los que me permito destacar “Alfombras”.
“Alfombras” es un poema prohibido porque incide con hondura en un tema tabú. A David le duele, sí le duele, que en su tierra, una tierra de gente luchadora y solidaria, se den ahora de hostias todos los años para ver los modelos de alta costura de los princesitos, y aboga, con los zapatos llenos de lluvia, por el cambio de papeles, que ya está bien.

Es, en definitiva, un libro imprescindible, en el que un hombre desnuda su alma y nos muestra su interior para que apreciemos que en los abismos del infierno hay más bondad y más comprensión que en ningún otro puto lugar.

Efectivamente, los extremos, casi siempre, se llegan a juntar.

Como muestra del buen hacer de David González, os dejo con “Galeradas” un poema sonoro cuyos ecos se siguen escuchando aún pasados los días y tengo la sensación de que, quizá, nunca las resonancias se borren de la cabeza de quién lo lea.




"Galeradas" ha sido usurpado del blog de nuestro amigo Antonio Diez (Foro Crítico).




GALERADAS



La poesía es un sacrificio, no una conquista
Varlam Shalámov



me concedo el capricho
- porque no deja de ser un capricho -
de una pulsera de plata de ley,
plata maciza,
de la marca española de regalos
y bisutería uno de 50:
una pulsera de plata de ley,
plata maciza repito,
de eslabones gruesos y pesados
y cierre rectangular
como la hebilla del cinto
de mi padre:

una pulsera de plata de ley
que me llevo puesta de la tienda
en la muñeca
que sostiene el bolígrafo
con que habitualmente escribo

una pulsera de plata de ley que,
como pronto voy a descubrir,
además de satisfacer mi vanidad
desempeña otro papel:

el sonido de sus eslabones,
al chocar entre sí
o contra la superficie de mi mesa
cuando empiezo a emborronar
una cuartilla tras otra,
ese sonido, unido a su peso,
hace que la poesía que escribo
no despegue sus versos del suelo
y tenga presente, siempre presente,
bien presentes
las cadenas
que todavía arrastra.

En las tierras de Goliat
David González
Ediciones Baile del Sol, 2008




© Esteban Gutiérrez Gómez, 2008

4 comentarios:

Vicente Luis Mora dijo...

Fantástico poema, David es realmente un poeta importante. Saludos.

Luisa dijo...

¿Sabes que pasa cuando uno ha escuchado recitar a David?, pues que su voz te acompaña en cada poema suyo. Ahora, mientras leo “galeradas” me parecía estarle escuchando. Un rapsoda único y un gran pensador. Me llegan sus palabras. Un beso.

Luisa Fernández.

Kebran dijo...

DAVID ES EL POETA
EL KEBRAN

eliseo dijo...

Cerca del suelo, por que puedo y porque quiero. Es una buena bandera. Tambien me gustaría tenerla. Vale David, ya está bien de vibraciones, me gustas