No estarás en la calle, en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado, ni en el gesto
de elegir el menú, ni en la sonrisa
que alivia los completos de los subtes,
ni en los libros prestados ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes o una blusa.
Me enojaré amor mío, sin que sea por ti,
y compraré bombones pero no para ti,
me pararé en la esquina a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen y comeré las cosas que se comen
y soñaré los sueños que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles y de puentes.
No estarás para nada, no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordar se de ti.
© El Maestro (Julio Cortázar)
3 comentarios:
A veces se está sin estar, a veces queremos estar y no nos dejan, a veces estamos y no nos ven. Creo que lo importante es sentir que nosotros estamos aunque nadie nos vea, ni nos oiga, y nos echen.
Besos.
Por fin entré, a punto de irme, estos sistemas de comunicación se me vuelven imprescindibles. Con el tiempo contaré más cosas.
Salud
Ya tardabas en colgar algún poema de tu maestro. Está claro que el desamor deja regueros de tinta por donde pasa, y sesga corazones aunque sean de oro puro. Me parece una negación a los sentimientos. Un querer negar el hecho de que se sigue amando aunque haya razones suficientes para no hacerlo. Y, claro que se acordará aunque luego perjure y escupa a un cielo que devolverá el gargajo. Un beso.
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