El escriba, de Robert y Shana ParkeHarrison

El escriba, de  Robert y Shana ParkeHarrison
"Un libro debería ser un hacha para romper el mar congelado en nuestro interior" "¿Por qué la gente del futuro se molestaría en leer el libro que escribes si no les habla personalmente, si no les ayuda a encontrar significado a su vida?" J.M. COETZEE ("VERANO")

13/11/08

La caza espiritual

Recupero este post de principios de octubre porque le dejé a Maria Jesús el libro que David me regaló y ella hizo un trabajo enorme intentando desentrañar este nada usual modelo poético.

Publico el análisis tal como me lo ha hecho llegar, con la única intención de ofrecer algo de luz sobre lo que este volumen poético contiene. Ni ella ni yo somos “expertos” en la materia (en todo caso, yo seguro que no lo soy), así que acójase este trabajo con buena voluntad. En todo caso, sólo se equivocan los que obran.



El hombre de las suelas de viento del poeta David González

Este poemario tiene un caracter epistolar. El hilo conductor es parte de la vida de Arthur Rimbaud (1879- 1891). Vamos descubriendo a un hombre marcado por el fracaso de sus negocios, por el abandono de sus amigos, por la soledad y por la enfermedad.
Viajamos a través de sus versos a tierras de Abisina, Chipre, Harar... París.

El libro está dividido en tres partes conceptuales:
Primero nos muestra a un hombre ahogado por las deudas, hundido por el fracaso de su negocio, el ataque a sus caravanas, el abandono de todos, incluso su socio muere y le deja solo.

La mercancías que importamos son fusiles.
(...)
Pero atacan a todas las caravanas.”

poema 10, pág 29.

“No tengo suerte.
Mi socio murió.
Mi viaje a Abisinia ha concluido”

poema 11, pág 30.

Segundo nos descubre el agotamiento físico y psíquico, la enfermedad, el dolor que padece, la desesperanza al verse inválido, la angustia que eso le produce y que le lleva a no ver ninguna salida posible.

“Me encuentro excesivamente cansado.
Travesías por mar
y viajes por tierra a caballo”

poema 11, pág 30.

“... todo esto actúa muy profundamente en la moral
y en la salud.
Un año aquí equivale a cinco en otra parte.
Se envejece muy deprisa”

poema 19, pág 42.

Tercero nos deja claro que ese hombre espera y acepta la muerte que ve cercana, incluso hay una pizca de deseo en que esta llegue y termine el sufrimiento.

Sí, hace ya tiempo que la muerte hubiera sido mejor.
¿Qué puede hacer un hombre lisiado?”

poema 23, pág 48.

Aparece en grupo de poemas directamente la amputación de la pierna y la trágica vivencia de ella. Por citar algunos: poemas 24, 25, 26.


Dentro de las figuras retóricas encontramos las de pensamiento descriptivo. La topografía es una de las que más aparece. Nos muestra la descripción del lugar, tanto del que se aleja como al que llega:

He llegado a este país tras veinte días
a caballo
a través del desierto.
Me fui de Chipre tras una serie de broncas (...)”

poema 4, pág 21.

“Tadjura es un pueblecito dankali
con algunas mezquitas y algunas palmeras.
Hay un fuerte.” (...)

poema 10, pág 29

Otra de las figuras que aparece en varios poemas es el retrato, lo hace de una forma difuminada, como si no estuviera contando nada importante, sin embargo a través de esa información tenemos una imagen visual perfecta de la situación física y moral del hombre:

“No hago más que llorar día y noche.
No duermo ni un minuto.
Me han cortado la pier
na
hace seis días”

poema 22, pág 46


“Sin estos palos no podría dar ni un paso.
A menos de realizar unos ejercicios gimnásticos
atroces, ni siquiera me puedo vestir.
Tampoco puedo subir ni bajar escaleras.
Y como el terreno sea algo accidentado,
el desnivel entre un hombro y otro me agota.”

poema 25, pág 51

Encontramos máximas o sentencias:
“¡Qué hacer!
¡Qué vida tan triste!
¡Qué desgraciado soy!
¡Qué desgraciado me he vuelto!” poema 21, pág 44.
Y el epitafio que cierra el libro a modo de epílogo:
“Paz
y silencio
en la tierra,
y en los cielos”

pag 59.

Reflexiones (epifonema) un ejemplo de ello es el poema 25, pág 51, casi en toda su totalidad, con la carga de la exclamación retórica y la invocación a un apersona imaginaria. Además esta reflexión nos muestra en lo que se ha convertido su vida y aconseja al resto para que nunca acaben como él:

“¡No se deje amputar!
¡Qué hagan con usted una carnicería!
¡Qué le destrocen!
¡Le hagan pedazos!

¡¡PERO!!

¡¡¡NO SE DEJE NUNCA AMPUTAR!!!”

Interrogantes retóricos:

“¿Quién lo sabe?
¿Quién cojones sabe por qué caminos nos llevará nuestra
suerte?”

poema 11, pág 31.

Repeticiones simples, encontramos en varios de los poemas:

“Yo soy vigilante
de una, cantera en el desierto.
Anoto las jornadas.
Llevo la cuenta de los alimentos.
Pago los salarios.
Escribo informes a La Compañía.
yo soy vigilante
de una cantera en el desierto” (...)

poema 1, pág 17.

Ejemplos se pueden encontrar también en los poemas: 4,5, 8, 12, 22.

En el poema 6, pág, 24, utiliza el artículo para dotar de personalidad propia al sustantivo:

“Las pieles chorrean.
Los estómagos se estropean.
Los cerebros se trastornan.
Los negocios son infectos.
Las noticias,
malas.”

Aparece también la anadiplosis, repetición del final de un verso al comienzo del siguiente:

“Nuestra vida es una miseria.
Una miseria sin fin” (...)

poema 22, pág 46.


Son poemas con ausencia de metáforas. Hablan de una realidad demoledora y lo explica formando versos largos, en su mayoría, en los que se argumenta la acción e infundir la sensación lenta del paso de una parte de la vida enfrentada al dolor en soledad, y los versos cortos en los que la acción se define y muestran de una forma visual y real ese dolor físico y psíquico:

Angustia:
“No hago más que llorar día y noche.
No duermo ni un minuto.”

poema 22, pág 46.

Suplicio:
“Mi vida aquí, repito, es una autentica
pesadilla.
Es imposible pasar más penalidades que yo.”

poema 7, pág 25.

Frustración:
“Sólo veo junto a mí estas malditas muletas.
(...)
Sin estos palos no podría dar ni un paso.
A menos de realizar unos ejercicios gimnásticos
atroces, ni siquiera me puedo vestir.”
(...) poema 25, pág 51.

Resignación:
“En fin, lo más probable
es que uno vaya
a donde no quiere
y haga
lo que no quiere hacer
y viva
y muera (...)”

poema 16, pág 38.

Desaliento:
“Hay que acabar rindiéndose a la realidad.”
poema 15, pág 37.

Indiferencia:
“No os asombre que apenas escriba.
No encuentro nada interesante que decir.”

poema 14, pág 35.

El poeta David González utiliza un lenguaje sencillo y sincero desde el cual nos transmite la comprensión perfecta de la situación de Rimbaud. A veces incluye palabras del argot como ejemplo: “pirarme” por irme, “currelo como un asno” por trabajar sin descanso.

Hasta aquí este humilde análisis.

© María Jesús Silva.

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He acabado de leer El hombre de las suelas de viento. Poemas africanos de Arthur R. (1879-1891) , del poeta asturiano David González. David tuvo el detalle de enviármelo por correo postal cuando le dije que no era capaz de encontrarlo y me interesaba su lectura.
En él David nos ofrece una visión propia de las cartas que Rimbaud escribió a su familia desde África, de las que ha ido seleccionando párrafos y los ha hilado convirtiéndolos en poemas. David, de este modo, da voz al poeta maldito.
Este método de trabajo lo denomina La caza espiritual. Así David, en sus lecturas de otros autores de prosa, descubre una frase que le llama la atención, que contiene una chispa que a su modo de ver es poesía, la incluye en alguno de sus poemas o bien la desarrolla hasta convertirla en uno de ellos.

David, respetuoso al máximo con los derechos creativos, incluye siempre a pie de página quién es el autor de la frase que ha convertido en verso y el libro en el que está publicado. Algo así debería haber hecho mi admirado Bunbury en su último disco, con los versos (y con frases literales tomadas de entrevistas) del poeta y pintor andaluz Pedro Casariego, el mismo que acabó sus días ofreciéndose a un tren a los 38 años de edad.
La caza espiritual que practica David González en El hombre de las suelas de viento, es una propuesta arriesgada, pero sincera, que trasmite sensaciones desoladas de un autor que abandonó el ejercicio de la poesía con tan sólo 19 años, tras relaciones tormentosas e intensas desde su precocidad que le hicieron ser el mito que es en la actualidad. Me figuro que David se identificará mucho con Rimbaud, y por muchos motivos, sobresaliendo los vitales.

Desde mi punto de vista, es un poemario experimental lleno de fuerza que al propio David le ha servido para modelar una poética diferente a la de su habitual voz narrativa.

El resultado contiene obras maestras como la siguiente:

Al hablar de matrimonio
siempre quise decir que entendía
que sería libre para viajar.
el mundo es muy grande
y está lleno de magníficas regiones
que ni mil vidas
bastarían para visitar.
Al hablar de matrimonio
siempre quise decir que entendía
que sería libre para vivir
en el extranjero e incluso seguir viviendo
en África. Por otra parte,
hay algo que me resulta imposible:
la vida sedentaria.
Encontraría muy desdichado
vivir siempre en el mismo lugar.
En fin, lo más probable
es que uno vaya
a donde no quiere
y haga
lo que no quiere hacer
y viva
y muera
de manera muy diferente a como jamás quiso,
sin esperanza de ninguna especie
de compensación.

David González

5 comentarios:

María Jesús Siva dijo...

Admiro mucho a David y creo que este libro será una prolongación de su persona poetica, aunque por lo que he leído de él, en otros poemas, esa prolongación es también al revés, su pensamiento de hombre lo transforma en poesía, como es el caso de su libro:"El demonio te coma las orejas". Nos adentra en un mundo que sólo conocemos por oidas o por reportajes y nos lo describe lleno de desgarros y dolor, de odios y de falsas esperanzas. La vida misma.
Este libro no lo he leído, todavía, pero creo que esos rasgos de plasmar los días y los recuerdos con esa mirada descriptiva de cualquier hecho común serán por donde se muevan estos versos. El poema que nos has dejado como ejemplo así me lo hace intuir, duro, real, otra vez las ilusiones y los sueños se quedaron lejos.
Habrá que leerlo cuanto antes.
Besos.

Baco dijo...

Te lo hago llegar cuando quieras.
Creo que TODOS los que escribimos practicamos esa caza espiritual.Quizá no lineal, pero sí genérica. ¿Quién no ha obtenido la chispa de un escrito de una lectura? La franqueza de David, una vez más, dice mucho de su persona.

Luisa dijo...

El análisis de Ada es de aplauso. No he leído el poemario, pero creo que es acertadísimo por los ejemplos que nos ha señalado. Llama a su lectura y despierta nuestro interés. Angustia, suplicio, frustración, resignación… Son estados del alma y de la carne. El hueso queda al aire en cada verso y la vida misma te devora. Un beso para Ada, y a David decirle que siga con su “caza espiritual”, parece que obtiene buenos resultados.

Luisa.

María Socorro Luis dijo...

Donde yo vivo - Euskadi - no encuentro los libros de David, pero leo de él todo lo que aparece por otros blogs. Me emociona y me encanta.¿ Cómo podré conseguir sus libros?

Baco dijo...

No sé qué pasa con los libros de David que no se distribuyen como deberían.
Tiene editados en Eclipsados y en Baile del Sol. Mira en la web de esas editoriales y te dirán cómo conseguirlos.
Los de Bartleby no deberías tener problemas.
besos