Cuando el sol que nos alumbra es el símbolo del yin-yang, cuando las montañas fijan con sus valles y sus crestas nuestro destino, cuando se hace difícil respirar en lo que antes era un hogar, cuando el cuerpo empieza a enfermar... quizá sea el momento de cambiar completamente de vida.
4. Los chicos
Los chicos no sabían nada .
El mayor apenas llamaba para decir que
estaba en tal o cual ciudad o en tal o cual país con tal o cual grupo de rock o
tal o cual compañía de teatro y que salía en los créditos de tal o cual
película o tal y cual disco. Esa era su vida. Una mañana apareció en la cocina
con un macuto y nos dijo que se iba con su amigo Yosi «Lengua de Serpiente».
Yosi, en sus palabras, es un tío total que ha decidido ser diferente y que se
ha operado la lengua para partirla en dos como una cobra. Se nos erizó el
cabello cuando nos contó eso. Que no nos preocupásemos, que aprendería a
manejar las mesas de sonido junto a él y que iba a recorrer mundo. Hace cuatro años
de eso.
El pequeño no nos hablaba. Desde chico
había decidido que sus padres éramos los culpables de todo lo adverso que le
ocurría en la vida. Tras su primer fracaso amoroso nos dejó de hablar y
abandonó la casa. Recuerdo una tarde cuando regresó del colegio con la cara a
punto de explotar. Aguantó hasta que nos tuvo delante a los dos para decirnos:
No sabéis el asco que me dais. Tenía siete años. Le pusimos un psicólogo que
nos costó un riñón y que al cabo de tres años nos vino a decir que, en parte,
el chico tenía razón, que no estábamos lo suficiente con él, que todo lo hacía
para llamar nuestra atención. En fin, que la culpa era nuestra. Nos volcamos
con él y él empezó a manipularnos, incluso llegó a enfrentarnos. Nos dimos
cuenta de su juego, pero ella no podía creer que fuese verdad. Yo lo entendí
enseguida: era madre, y eso era diferente a ser padre. Cada
fracaso en los estudios, cada
encontronazo con los amigos, cada
pesadilla que tenía, cada mal día
que soportaba eran por nuestra culpa. Cuando se marchó, le di las gracias a
Dios, y le recordé que, según el diario que el psicólogo nos hizo llevar para
controlar su conducta y observar nuestras reacciones, hasta en ciento cincuenta
y ocho ocasiones tuve ganas de arrojarlo por la ventana sin sentir
remordimiento alguno.
Esteban Gutiérrez Gómez
Edición ebook
ISBN 978-84-15414-44-5 (epub)
ISBN 978-84-15414-44-5 (epub)
P.V.P. 3,99 €
SINOPSIS
Un ejecutivo bien instalado, casado y padre de dos hijos, se ve súbitamente excluido, expulsado de su mundo. En el horizonte solo le resta la silueta de unas montañas que contemplaba de niño y hacia las que siempre se ha sentido atraído. Sin más perspectiva que esa silueta arriscada, Pascual, el protagonista deLa enfermedad del lado izquierdo, emprende el camino y comienza a reconstruir su vida sobre una base, esta vez sí, firme, armónica, equilibrada…
La enfermedad del lado izquierdo es un canto a la sencillez y la esperanza, una denuncia de la actual sociedad, competitiva y materialista, que nos gobierna, dirigiendo nuestras acciones hacía la conquista del Dorado para llegar a ninguna parte cuando, delante de nosotros, hemos tenido siempre el lugar hacia el que dirigirnos.
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