El diablo a todas horas
Donald Ray Pollock
Sin duda alguna Knockemstiff me dejó impactado. Leí el libro
de relatos de Donald Ray Pollock por recomendación encarecida (lo vas a flipar) de José Ángel Barrueco.
Acertó de lleno en la diana, aquellos cuentos completamente desesperanzadores
todavía dan hoy vueltas en mi cabeza. Los personajes de la llamada Norteamérica
profunda pujan por salir de su miseria hundiéndose más en ella, más y más,
hasta que acaban tragados por la inmundicia. Sí, no future: si naciste para martillo, del cielo te caen los clavos.
Donald Ray Pollock llega tarde a la publicación, a los 55
años (Knockemstiff se publicó en 2008 en Estados Unidos, y se tradujo al
castellano (brutal la traducción de Javier Calvo) publicándose por Libros del
Silencio en febrero de 2011), pero durante todos estos años estuvo amasando el
buen hacer literario, la técnica que dota a su narrativa de efectividad.
El diablo a todas horas, su primera novela, se publica en
Estados Unidos en 2011 y su éxito es inmediato. Prosigue Donald Ray Pollock con
la narrativa descarnada, franca y no amigable, con decorados en pueblos
fantasmas de ese Estados Unidos sureño, selvático, y personajes humanizados
despojados de caretas: tontos de pueblo, poderosos infelices, corruptos hombres
de la ley, entregados seguidores de Dios, asesinos en busca de la última
instantánea, putas sin posibilidad de ser otra cosa… Vuelve Donald Ray Pollock a equilibrar la balanza
entre personajes buenos y personajes malvados, exactamente de la misma manera
que lo hacía Cormac McCarthy en La oscuridad exterior, sin duda alguna una de
sus mayores influencias. Personajes, en suma, que no pueden escapar de su negro
destino.
Al igual que en Knockemstiff se entrelazan las historias de
un modo casi fragmentario, pero el armazón resultante, la estructura que
soporta la narración, es un entramado perfecto, equilibrado, que hace que la
novela obtenga una consistencia acerada.
Solo un fragmento se escapa de esa estructura, el capítulo
inicial que, a modo de preámbulo necesario, nos hace aterrizar en un mundo de
sombras, de rezos a la sangre, de sacrificios de animales (y otros “tipos” de
sacrificios), de bestialismo y crueldad inimaginables. Un mundo oscuro del que
solo se saldrá al acabar de leer la novela.
Y será entonces, cuando la novela ya esté leída, cuando empezarán a
deambular por la memoria todas las imágenes que sugiere El diablo a todas
horas: cadáveres con ramas insertadas en los orificios de bala que les causaron
la muerte, troncos pringosos cubiertos de sangre con miles de insectos a su
alrededor, arañas recorriendo el suelo de la iglesia a la búsqueda de fieles
creyentes, “basura blanca” con un bote al cuello en el que caen sus babas,
muchachas que quemaron la ficha del futuro condenadas a no salir jamás de sus
agujeros…
Donald Ray Pollock
El diablo a todas horas
Traducción de Javier Calvo
Colección Miradas
Idioma original: Inglés
Publicación: Noviembre 2012
Rústica 21 x14 cm .
ISBN: 978-84-940156-5-6
376 páginas
22. euros
El diablo a todas horas
Traducción de Javier Calvo
Colección Miradas
Idioma original: Inglés
Publicación: Noviembre 2012
Rústica 21 x
ISBN: 978-84-940156-5-6
376 páginas
22. euros
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