CINCO A DOS
Siempre el mismo partido
y los mismos equipos.
A un lado, de gris,
lunes martes miércoles jueves viernes.
Al otro, de blanco,
sábado y domingo.
Y siempre,
cinco a dos,
el mismo resultado,
todas las semanas.
Este domingo lo pasé leyendo el cuadernillo que tuvo a bien regalarme Batanía, en nuestro último encuentro en Diablos Azules, de título Porque te amo tanto no quiero cambiarte. Alguna reminiscencia de Tu eres cuento para niños (dedicado a su perro Argi), poemas que ya conocía y poemas nuevos, que seguro habrá publicado en el blog, pero que yo no he leído.
Las pintadas van en aumento, a pesar de que le han puesto precio a su cabeza, como en el oeste americano, con los forajidos y los indios escapados de las reservas. Todo lo que no sea hacer algo diferente, a Batania se la refanfinfla.
Está "el chico de Lauros que quiere ser poeta" luchando con su yo interior, porque su yo interior está entregado al desamor y su yo exterior está convenido de que es más gilipollas de lo que aparenta. Total, a pesar de todo, DIOS se escribe con TX, y hay manchas de mora que no se quitan en la puta vida.
Me he reído con la serie completa de El hijo de Puskas y me he estremecido con alguno de su poemas. He disfrutado.
En fin, un domingo con Batania no es un domingo cualquiera.
Asi que, Basterrechea, no te queda otra que venirte a Fuenlabrada y abrirles los oídos a todos estos parroquianos de dura sesera y resaca cena-de-obispo.
Invitado estás, pues.
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