"Este fin de semana andaré apurado de tiempo".
Lo pensaba ayer, mientras estaba leyendo la última novela de un colega que me ha pedido opinión antes de meterla en imprenta (por lo tanto, urge). Además, tengo una semana (hasta el viernes 3 de febrero) para dar el último repaso a mi próxima novela (por cierto, que ya tiene título definitivo: 13.0.0.0.0. (Revolution Now))antes de entregarla a los editores.
Total, que sabía que no iba a salir de casa, pero también es verdad que esperaba que Isa me trajese el paquete de Correos con la última propuesta poética de David González.
Y anoche, envuelta en el frío polar que nos invade, llegó con No hay tiempo para libros (Nadie a salvo), que así se titula el poemario.
Y escribo estas cuatro letras para decir que, cómo es lógico, no pude evitar dejarlo todo y leerme el poemario y que me pareció, atención a esto, UNA PUTA MARAVILLA, UNA OBRA MAESTRA, LO MEJOR DE LO MEJOR: siempre innovando, muy por delante de lo que ahora se está haciendo (tanto en el fondo como en la forma), y que os recomiendo que entréis ahora mismo en la página web de Origami y os hagáis con un ejemplar, porque no pienso destripar este libro, ni publicar un solo poema, porque no se entendería sin el conjunto, sin las citas o las fotografías que lo acompañen, sin el poema anterior o el posterior.
Haceos con un ejemplar y ya me contareis.
Y, dicho ésto, vuelvo a la gruta a leer, que de eso trata mi vida.
Salud & Freedom
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