El escriba, de Robert y Shana ParkeHarrison

El escriba, de  Robert y Shana ParkeHarrison
"Un libro debería ser un hacha para romper el mar congelado en nuestro interior" "¿Por qué la gente del futuro se molestaría en leer el libro que escribes si no les habla personalmente, si no les ayuda a encontrar significado a su vida?" J.M. COETZEE ("VERANO")

20/12/12

Un chute maestro...

“Cuidado con las agujas, no las pise, hábiles instrumentos que son del poco aprecio por uno mismo. A Gracie no le entraba en la cabeza que un adicto no pusiera especial cuidado en utilizar agujas limpias […] Sor Edgar, en cambio pensaba en el atractivo de la condensación, el mordisquito amoroso de aquel puñal de libélula. Sabiendo que no vales nada, lo único que puede gratificarte la vanidad es apostar contra la muerte”.




(Don DeLillo, "El ángel Esmeralda").

16/12/12

El recital del Fin del Mundo


Queridos terrícolas:

Por fin llega el Fin del Mundo.

Los mayas dicen que un rayo cósmico atravesará el espacio la noche del solsticio de invierno de 2012. Entonces un extraño poder se insertará en el alma de aquellos que hayan logrado cambiar la frecuencia de vibración por el miedo a la frecuencia de vibración por el amor, y les otorgará el poder de comunicarse con la mente.

Yo me parto pero, por si acaso llega el rayo celestial ese, quiero que me alcance rodeado de amigos y medio mamado.

Por eso este recital, esta fiesta, la noche del 21 de diciembre.

Víctor y yo hemos ido abduciendo a varios amigos y al final somos unos cuantos locos que estamos dispuestos a demostrar que el miedo no nos atenaza (y que nos gusta la cerveza y la poesía, por ese orden).
Os dejamos el cartel (guapo cartel obra de Sir Bonilla) para que le deis bola por el ciberespacio (cuidadín, a ver si se cruza con el rayo cósmico ese del cambio y la jodemos).

La idea es leer de inicio un parrafito de mi apocalíptica novela 13.0.0.0.0 y luego un par de poemas o textos de esos que se leen para dar por culo al mundo, ya que se acaba (además, nos encanta hacer leña del árbol caído, máxime si está el consumismo por medio).
Habrá jam para todos aquellos de vosotros que queráis participar, traeros vuestros "últimos" escritos. Será esa noche o nunca.

Gracias a todos, nos lo pasaremos bien.

Abrazos lisérgicos

14/12/12

La ciudad vestida de negro, antología de cuentos

Os presento una nueva antología de cuentos con la que colaboro. Esta vez participo con un relato inquietante que se titula "En la otra dirección".


LA CIUDAD VESTIDA DE NEGRO


Esta antología agrupa veinte relatos inéditos o

perdidos de los mejores autores de género

actuales, desde Lorenzo Silva (Premio Planeta

2012) a Juan Madrid, todos con un entorno

común: La Ciudad.



El periodista y escritor David G. Panadero ha

sido el responsable de coordinar este nuevo

proyecto publicado por Editorial Drakul.


Disponible en librerías desde el 21 de diciembre.

En preventa aquí





Autores participantes

Alejandro M. Gallo, Alfonso Sastre, Andreu Martin,

Anita Haas, Carlos Aguilar, Carlos Pérez Merinero,

David Jasso, David Panadero, David Roas, Esteban

Gutiérrez, Fernando Cámara, Francis P. Fernandez,

Javier Quevedo Puchal, Juan José Plans, Juan Madrid,

Lorenzo Silva, Manuel Nonídez, Pedro de Paz, Rubén

Sánchez Trigos, Santiago Eximeno.
http://www.drakul.es/component/option,com_bookfactory/Itemid,39/id,23/task,viewBook/

10/12/12

GOMBROWICZIDAS

Durante años llevo recibiendo en mi correo electrónico textos de Juan Carlos “Goma” Gómez. Son una especie de cartas llamadas GOMBROWICZIDAS, en las que el autor argentino relata su relación con Gombrowicz durante los veintipico años que el autor polaco estuvo en Argentina, o reflexiona sobre los pensamientos de su amigo.

Imprimía los textos y guardaba su lectura para el momento propicio, cercano a la hora de acostarme, porque siempre generaban alguna reacción en mí (a veces me partía de risa, a veces me dormía reflexionando sobre lo que el autor argentino pretendía que reflexionase). Jamás he hablado de esta relación epistolar porque no solo yo era el destinatario de estas cartas y, si ahora lo hago público, es porque ayer recibí esta última desde su dirección de correo:

¡ADIOS FIEL GOMA!

El 2 de diciembre de 2012 por la tarde, moría en una cama de hospital Juan Carlos “Goma” Gómez, “El Fiel Goma”. Ayer fue velado y hoy sus cenizas esparcidas en el aire del jardín de su casa donde disfrutó muchísimo sus últimos años junto a sus perros, que adoraba, escuchando Beethoven y haciendo asados para sus hijos, sus nueras y su inagotable esposa Elida, quién lo acompañó hasta su hora final.

Como él mismo respondía cuando de tanto en vez terminaba de escuchar la Novena Sinfonía, y le decíamos que bien podría seguir ahora con la Tercera: “No”, decía, “después de la Novena ya no se puede escuchar más nada.”; un día terminó de escribir sus implacables gombrowiczidas, invocando a la razón de que “ya no podía sacarle más jugo al pobre viejo”. Guardó sus espadas y comenzó a cerrar sus ciclos: “Sólo me queda esperar morirme al sol”, presagió un día… Y así fue; el sábado 17 de noviembre acomodando unas plantitas en el patio bajo el sol, ese interlocutor extraño lo convocó para una entrevista de dos semanas, la que terminó por aburrirlo sobremanera; y así como cuando no estaba cómodo en un lugar o se levantaba y se iba, o bien esperaba a que el otro hiciera otro tanto, pues decidió esta vez retirarse él.

Seguramente ahora ya lo tenemos en algún café “Rex” jugando inmortales partidas de ajedrez junto a la muchachada, debatiendo nuevamente sobre el dolor y la inmadurez.

Así entonces, dedicamos a todos ustedes, de parte de quienes compartimos sus últimos momentos, esta breve semblanza y esta música que a más de uno le resonará en alguna parte del corazón… ¡Adiós Juan Carlos! ¡Adiós Fiel Goma!


El gran provocador

Se burló de todos. Se burló de sí mismo. A no confundirse: la cosa era burlarse y todo le servía para perfeccionar su divina parodia ¿Su ley primera? Que el prójimo no se aburriera en su presencia. Era capaz de incendiar al prójimo antes de permitirle que el bacilo del aburrimiento infectara su organismo.

Sobre todo, se divirtió. El brillante jodón hizo credo de la risa y el sarcasmo. Muchos lo gozaron, muchos lo sufrieron. Nadie pudo escapar de sus gombrowiczidas y sus apodos lapidarios. Quiso como pudo, fue querido a pesar de él.

Y, antes de partir, se hizo un hueco para burlarse de la misma Parca. Hace un par de semanas nos hizo notar que el promedio de vida en la Argentina era de 78 años. El 26 de noviembre cumplió 78 y el 2 de diciembre dijo chau. ¡Amante fiel del cálculo estadístico! Siempre así, siempre cómico. Ah, por cierto, con una linda sonrisa le gustaría ser recordado.

Mujer e hijos de Juan Carlos Gómez

Que la tierra te sea leve, viejo y maravilloso loco.

17/11/12

Reeditado por Groenlandia y en descarga gratuíta "La carretera roja", de David de San Andrés




Alquitrán

la calle está cerrada al tráfico.
le han lavado la cara con alquitrán
pero se puede caminar por encima.
sin embargo, nadie lo hace.

sólo yo camino por el centro de la calle.

la gente se motiva más en las aceras,
pisándose unos a otros.
empieza a lloviznar débilmente,
a orbayar, como decimos aquí en asturias.
la gente aborrece la lluvia.
a sí que da comienzo en las aceras
un duelo frenético de paraguas.

sólo yo camino por el centro de la calle.

sin paraguas.

mojándome.   


 
Pincha sobre la imágen para descargarte el poemario
o en los siguientes enlaces

13/11/12

Un cuento de Fernando Clemot

Fernando Clemot, fabuloso narrador y excepcional cuentista, una de las voces nuevas más impactantes de la literatura española actual, publica en la editorial palentina Menoscuarto un nuevo libro de cuentos. Su título es Safaris inolvidables, y nos ha regalado uno de los relatos que componen el volumen (uno especialmente almado, que conjuga la saudade con las posibilidades investigadoras de los mapas en un famoso buscador de internet) como azúcar de trenza, como botón de muestra.

FLORES DEL SERTÓN

     Finalmente he encontrado tu pueblo, Mandy.
     Imagino tu sorpresa, aquí estoy, doy vueltas sobre el lugar del
que tantas veces me hablaste, como un perro que hociquea entre
las bolsas de basura que se quedan abiertas.
     Antes de llegar allí he estado en los alrededores de Rockford.
Tú siempre me dijiste que esta ciudad no estaba muy lejos de
Durand y tenías razón aunque tu pueblo estaba más al norte de lo
que siempre imaginé. Lo estuve buscando más al sur, entre dos
lugares que se llaman Byron y Dekalb, que imagino que detestas y
de los que seguro podrías contarme más de una anécdota chusca.
Llevaba demasiado tiempo perdido sobrevolando ese terreno
insulso que rodea Rockford, tierras hechas cuartos de labradío,
kilómetros de campos que imagino de maíz o de centeno. No ha
sido hasta entonces cuando he recordado que me dijiste que
desde una colina de tu pueblo se veía Wisconsin por lo que debía
buscar al norte y en esa dirección lo encontré muy rápido, me ha
costado pero ya estoy aquí, estúpidamente presente, diez años
más tarde de lo que debiera.
     Quizá no es muy justo que venga por primera vez de esta
manera cuando tú me invitaste mil veces. Te ilusionaba entonces
pero te parecería despreciable ahora y entiendo que no es
adecuado estar aquí pero necesito nutrirme de recuerdos para
que me vayan pasando las horas. Tampoco creo que sea justo lo
que me ha pasado a mí aunque tú no tienes la culpa de nada. Si lo
piensas bien sonreirás: la vida es una paradoja, Mandy, siempre
quisiste que estuviera aquí y ahora, que no te importa lo más
mínimo, se me ocurre venir.  

Seguir leyendo aquí.

7/11/12

Cormac McCarthy, “La oscuridad exterior”

 
Cuando entrevisté a Jon Bilbao para el número 0 de Al Otro Lado del Espejo, con ocasión de la publicación de su primer libro de cuentos Como una historia de terror, me recomendó encarecidamente seguir la estela literaria de Cormac McCarthy.
Es el futuro, me dijo.
Le hice caso y aquel año leí La carretera y disfruté después del film que se alimentó de la novela, como después ocurrió con No es país para viejos. Me asombró su prosa, tan hipnotizadora como contundente, y su buen hacer literario.

En el periplo de lecturas y relecturas de autores norteamericanos actuales, en la que estoy metido desde el verano, no podía faltar Cormac McCarthy, y empecé por su primer trabajo, El guardián del vergel. Después de leerlo no puedo más que admirar a este escritor y preguntarme qué sentiría Albert Erskine, editor de Random House (y editor personal de William Faulkner) cuando llegó a sus manos el manuscrito de la novela. No podía ser posible haber encontrado a alguien que igualase e, incluso, superase el buen hacer de Faulkner. No en vano la lectura de los textos de McCarthy evoca en muchos matices al autor de El ruido y la furia.

Varias claves son detectables en su literatura desde esta primera novela: los diálogos secos y contundentes, el cuidado en la elección del lenguaje (la palabra justa en el momento justo), las perfectas descripciones que dotan a la narración de un ambiente “irreal”, mágico, la acción desmedida superando brutalidades inimaginables, acción comprimida que deja explotar entre líneas. Todas las figuras y recursos literarios se perfilan en esta primera novela, incluso el gusto por la fragmentación como medio de alterar historias paralelas en la mente del lector.

Pero todo lo apuntado en El guardián del vergel se apuntala en su siguiente novela, La oscuridad exterior, que defino, sin la mínina exaltación, como una obra maestra.

En La oscuridad exterior vuelven los paisajes apocalípticos en el viejo Oeste, los momentos de brutalidad y acción aparentemente desmedida, las descripciones milimétricas, el lenguaje exacto, la fragmentación en paralelo, el diálogo certero. Todo en su justa medida y en el lugar idóneo. Y algo más a destacar, quizá el rasgo más importante: el peso del silencio domina la narración. El silencio es el protagonista como creo que jamás lo había sido en la literatura. El silencio como recurso literario. Demuestra McCarthy que el silencio, bien utilizado, es tan importante en literatura como en la música. Magistral.

Es la novela ideal cuya lectura recomendaría antes de adentrarse en la gran obra maccarthiana, Meridiano de sangre, un western apocalíptico tan grandioso que es de difícil digestión.

Una curiosidad: La oscuridad exterior acabo de escribirse en 1967, en Ibiza.

SINÓPSIS:
La oscuridad exterior de Cormac McCarthy:
La oscuridad exterior es una novela, con tono de fábula y enormemente evocadora, que se desarrolla en un lugar indeterminado de la cordillera de los Apalaches y en una época próxima al cambio del siglo XIX al XX. Una mujer da a luz al hijo de su propio hermano; este abandona al bebé en el bosque y le dice que el niño ha muerto por causa natural. Al descubrir la mentira de su hermano, ella se marcha en solitario para buscar a su hijo.

25/10/12

Nuevas presentaciones de ebookprofeno en Madrid

ebookprofeno tiene el honor de invitaros a la presentación en Madrid de Desollado de Sock y de reviCIoNEs de Arantxa Oteo.

Intervendrán:

Viernes 26 de octubre a las 21,30

Eloisa Otero (prologuista de Desollado).
Atantxa Oteo (autora de reviCIoNEs).
Felipe Zapico (parafarmacias ebbokprofeno).

Bukowski Club

San Vicente Ferrer 25. Madrid
Metro: Tribunal

http://ebookprofeno.blogspot.com.es/


Vicente y Xen Vinalia (junto con más autores) presentan sus nuevos proyectos literarios de la mano de Origami en Madrid


SÁBADO 27 OCTUBRE
13:00    HORAS
EL DINOSAURIO TODAVÍA ESTABA ALLÍ
(gastrobar literario y golfo que yo he rebautizado como "el Dino")
Calle Lavapiés nº8

18/10/12

AOLdE, especial Fin del Mundo

HA LLEGADO LA HORA. El Fin del Mundo se cuenta y se pinta en las páginas de nuestro número especial y el próximo viernes 19 de Octubre asistiremos a su presentación en la librería Tres Rosas Amarillas (c/ San Vicente Ferrer, 34). Contaremos con la presencia de algunos de los autores que quieren compartir con nosotros su visión del fin de los tiempos.


NO PODÉIS FALTAR, avisad a vuestros amigos, a vuestros vecinos, a los transeuntes y turistas que circulan por la ciudad; avisad a la vecina rubia y al señor con bigote del tercero; avisad al frutero y a esas tres chicas de uniforme; avisad a los conductores del metro y al repartidor de cerveza; avisad a todos, conocidos y desconocidos.

SI SE ACABA EL MUNDO, que no se nos acabe el cuento.

17/10/12

Vicente Muñoz Álvarez, "Canciones de la gran deriva"


Crónicas de fin de siglo

 

Lánguidas mañanas tristes

al filo de otro tiempo,

cuando te levantabas con resaca

y al desayunar leías el periódico

buscando algún trabajo,

cuando preparabas hipotéticas oposiciones

y soñabas con proyectos locos

para contener dentro la náusea,

cuando sentías algunas veces ganas de morir

y te sobreponías fumando o bebiendo

o adorando falsos dioses,

cuando tu única aspiración era soportar la vida

y al salir te veías reflejado

en los ojos cansados de los transeúntes.

 

Nadie sabía con certeza

lo que iba a suceder mañana,

pero todos quemaban con prisa su presente.

 

Se oían palabras como:

 

CRISIS, DESPILFARRO O CONTAMINACIÓN

 

y de cuando en cuando alguien se cargaba

a siete o diez pobres diablos

para ser luego acribillado

a balazos por la policía.

 

El mundo era un retrete

donde la gente vomitaba sus desgracias

y los niños envejecían en sus casas

con la resignación de los vencidos.

 

Se trataba, en cualquier caso, de esperar.

 

 

 

 

Horizontes lisos

 

La gente

y sus parcos esquemas:

 

sus contradicciones sus dudas su egotismo

la competencia en el trabajo

los puntos de vista los malentendidos

las drogas el alcohol los convencionalismos

los problemas de incomunicación

el oportunismo el zapping la impaciencia

el influjo americano la falta de miras

el paro los ordenadores las máquinas

la política los falsos amigos:

 

la vida adulterada

que nos quieren vender.

 

Vicente Muñoz Álvarez, de su recién publicado poemario CANCIONES DE LA GRAN DERIVA, ED. Origami, 2012 . Prólogo de David González. Ilustración de portada de Julia Álvarez. Edición corregida y aumentada de su primer poemario publicado hace 13 años. Puedes conseguirlo aqui

16/10/12

Lorenzo Silva, premio Planeta 2012

Me alegro por él, de corazón, porque es un tío estupendo, porque es muy legal, porque desde que nos conocemos siempre se ha involucrado en las locuras que le proponía, porque nunca ha dejado de contestar una carta o un correo electrónico, porque quedan pocos tipos como él que tocando el cielo literario con los dedos se permiten una caña con los principiantes de mi taller que le avasallaban a preguntas (cada curso, más o menos las mismas), porque desde su puesto en la Fundación de Poesía José Hierro de Getafe me permitió llevar a algunos amigos escritores (Carlos Salem o Miguel Ángel Zapata, por ejemplo) a los talleres del gran Miguel Ángel Martín (hoy declarado “en busca y captura”, por prófugo), porque siempre nos abrió la puerta a su Getafe Negro, aunque llevásemos proyectos tan descabellados como una revista dedicada únicamente al cuento o un libro de relatos escritos por rockeros, porque jamás olvidaré aquella anécdota del exorcismo en San Lorenzo del Escorial, Carmen Posadas presente, porque nunca dijo que no a un café literario en Fuenlabrada, porque lleva con orgullo el estigma se ser “ente del Sur”, porque fue el primer escritor español en establecer en su página web una zona desdineralizada, para que cualquiera pudiese acceder a parte de su obra (especialmente los cuentos), porque hace un tiempo le escribí pidiéndole opinión sobre un asunto delicado y me la dio, sin tapujos y sin circunloquios, como hace un amigo, y por otras muchas causas más que seguro podría anotar, me alegro por él, de todo corazón.




Y dicho todo esto, el Premio Planeta y el Nadal (del que es jurado casi permanente) y todos los demás, lo que llevan aparejado es mero bisnes, objeto de mercadotecnia, etiquetas y publicidad, vil negocio. Si salpica a un amigo, mejor que mejor.

15/10/12

El dinosaurio todavía estaba allí, nuevo gastrobar literario en Madrid


Marisol Torres, además de ser una escritora del copón, ganadora de varios premios literarios por sus relatos y con una supernovela en busca de editor, es una gran chef. Lleva un par de años haciendo catering para diferentes eventos literarios (fiestas, presentaciones de libros) y, por fin, se ha decidido a abrir un local, un restaurante en el que la literatura y la gastronomía se besan en la boca e intercambian sus jugos, sus fluidos, sus humores.

El local tiene, cómo no, título de cuento o, más bien, de relato o, para ser más exactos, de microrrelato: El dinosaurio todavía estaba allí; y es un restaurante-librería la mar de chulo ubicado en pleno barrio de Lavapiés (está en la calle Lavapiés, nº8). En sus estanteríasa escontrarán lo más destacado de todo tipo de editoriales, preferentemente de las independientes, de aquellas que tratan de abrirse hueco en esta selva de los libros. Y entre los platos de la carta, todos de nombres literarios, Marisol ofrece platos evocadores, sensuales. Entre sus entrantes podéis encontrar un “laberinto de Noé” que estoy deseando probar y, entre los postres, un “al otro lado del espejo” que tiene una pinta estupenda.

Os dejo con un par de fotos de la carta tomadas prestadas a José Ángel Barrueco.

El dinosaurio todavía estaba allí


10/10/12

El sábado, en Madrid, VALIENTE INVERSO

VALIENTE INVERSO.

Sábado, 13 en el Matadero de Madrid de 17:00 a 23:00h.


Matadero de Madrid de 17:00 a 23:00h.
Este Sábado próximo, día 13 de Octubre
Paseo de la Chopera, 14 / Plaza de Legazpi, 8, 28004


VALIENTE INVERSO es la fusión de dos proyectos que venían desarrollándose desde 2009.
VALIENTES EDITORES es una feria de editoriales independientes en la que puedes encontrar publicaciones extraordinarias y que viven al
margen del sector editorial.
INVERSO es el independientemente festival de poesía de madrid que se ha convertido en una cita referente para todos los que quieran disfrutar de lo mejor del panorama poético a nivel nacional.

9/10/12

John Irving, "Last Night in Twisted River" (La última noche en Twisted river)

Cuando John Irving me deslumbró apenas hacía unos meses que la literatura había entrado en mí. Yo estudiaba segundo de bachillerato, tenía 16 añitos y una profesora un poco cabrona (y brillante y rara y completamente barral) insitía en darme a conocer lecturas que le estaban flipando (a nadie allí le extrañaba que completamente barral flipase). Por entonces (curso 79/80) estábamos en aquel instituto de San Blas con nombre de escritor cachondo y bohemio (Quevedo) que era la sede de la Joven Guardia Roja, ocultaba una plantación de maría en los gimnasios y preparaba a un grupo de indocumentados para hacer callar al mundo con su versión punk de Jesucristo Superestar. En este contexto algo alucinógeno llegó a mis manos El mundo según Garp.
Tardé dos semanas en acabarlo y me pareció un novelón. No me impresionaba tanto la trama como desentrañar cómo estaba construída la novela. Y eso que mostraba una familia ”rara", una especie de contradictorio canto alegre a la desesperanza y un mundo completamente alocado y onírico. Me permiten la grosería, pero me parto pensando en Murakami (Irving hace lo mismo desde hace cuarenta años).
El otro día, hace una semana, no más, fui a la biblioteca y saqué el último libro de Jonh Irving, La última noche en Twisted river, y más o menos volví a flipar. Habían pasado más de treinta años y los argumentos del autor seguían siendo los mismos: la amistad, la familia asocial (familia de amigos, relaciones imposibles, amantes de más de un ser a la vez), el honor o cómo se llame, la ironía al tratar los asuntos del mundo, el poder sanador de saber reirse de uno mismo. Todo volvía a aparecer. Por un lado deduzco que el bueno de John encontró el filón de su mina literaria hace muchos años y todavía no se le ha agotado. Por otro su avance en la vida es nulo, igual que el mío, por lo que se refiere por ejemplo a la música que me sigue gustando (y más excactamente hablo de AC/DC) o la actitud frente a la sociedad. Sea como fuere, me gustó volver a leer a Jonh Irving.
Eso, más o menos, es lo que tenía que decir, pero antes no se entendía.

3/10/12

"La enfermedad del lado izquierdo" según Peter Jensen Velpister





Me alegra saber que La enfermedad del lado izquierdo sigue cosechando lectores a pesar de la muerte prematura del libro. Es difícil encontrar un ejemplar en los estantes, y si lo pedís en vuestra librería habitual, ya no lo traerán.

Para aquellos de vosotros que estéis interesados solo queda la posibilidad de adquirirlo en formato electrónico, para todos los dispositivos de lectura conocidos, de la mano de LcLibros.com la editorial de e-books del portal literario Literaturas.com.

Bueno, a lo que iba, que al bueno de Velpister (un gran creador: músico, compositor, escritor, genio de la pintura…) "lo ha gozado", y a mí eso me llena de satisfacción porque La enfermedad del lado izquierdo sigue siendo un libro que “sana” y no se puede pedir más a un texto literario.

Aquí podéis leer la reseña de Peter Jensen “Velpister”.




http://velpister.blogspot.com.es/2012/10/la-enfermedad-del-lado-izquierdo.html?spref=fb

http://literaturascomlibros.es/2012/09/12/la-enfermedad-del-lado-izquierdo/


2/10/12

Presentación del nuevo poemario de Gsús Bonilla, "mi Padre, el rey"

Sé que fue en Diablos Azules, aunque no recuerdo a cuento de qué. Éramos muchos los escritores y poemas aquella noche. Lo escribí a finales del año 2010, tras un recital de mi admirada Ana Pérez Cañamares, en el tren que me traía de regreso al hogar. El poema hablaba de mi hijo Marcos, un chaval de 20 tacos que estaba en edad de no escuchar por mucho que yo me empeñase en lo contrario.
La gente no respondió. Noté un frío intenso tras la lectura. Quizá demasiado largo, quizá no supe declamarlo, quizá es malo. No sé. Bonilla estaba allí y se acercó al estrado. Adivinó pesimismo en mi mirada. Me abrazó y me dijo algo así como que a él le pasó lo mismo, que no escuchaba a su padre cuando trataba de hablar con él porque, como es natural, ley de vida, de jóvenes lo sabemos todo y, además, tenemos la fuerza y la locura inconsciente necesaria para comernos el mundo.
Pedimos dos cervezas y me contó una anécdota tan privada que no puedo entrar con detalle en ella. Tan solo os diré que padre e hijo discutieron y, en el punto final, Bonilla se fue a la mili lejos de su hogar. Estaba en el cuartel cuando su padre enfermó. Regresó. Vivió aquellos meses delicados junto él y la terrible última semana, hasta que murió. Después, o quizá ya durante aquellos días de duelo en los que el padre-roble estaba siendo vencido, no dejó de pensar en las discursiones vacías, en los diálogos entre sordos, en los gestos crispados, en el tiempo perdido que no volvería nunca más. Ese pensamiento obsesivo de no haber aprovechado todo lo que un padre puede ofrecer corroe su alma.
Espero que "mi Padre, el rey" sirva para cumplir el exorcismo. Sería lo justo si la balanza equilibra arrepentimiento y amor.


En "mi Padre, el rey" (La Baragaña, 2012), nos encontramos otra rosca de tornillo en lo que conforma a día de hoy su obra, sin abandonar su ideario, que le viene acompañando en su poesía, Gsús Bonilla ofrece al lector el resultado de una excavación. Escarba en lo más profundo de lo propio como un nuevo terreno para recuperar un tiempo perdido; encontrando, más allá de la piel, el tesoro negro de la memoria, otros sentimientos y la muerte con su desajuste emocional, en definitiva más injusticia pero con otros ropajes: La palabra como homenaje y tributo, un solo poema como manifestación del dolor. "mi Padre, el rey" es, empezando por la izquierda, su cuarto cuaderno de poemas publicado; además de ser, la habitación que ha destinado para el aseo interior.

1/10/12

Un poema inédito de David de San Andrés


Hace unos días fue su cumpleaños y, en vez de esperar un presente, un detalle de los amigos, va él y regala a su gente un par de poemas, entre ellos este que váis a leer a continuación. Un poema lleno de significado para alguién que vive con fecha próxima de caducidad  cosida a la piel.

LO QUE IMPORTA


no importa

que nadie llore

tu muerte:


importa esto:



que la vida

te sonría:

David de San Andrés

Número 27 de NARRATIVAS. Revista de Narrativa contemporánea en castellano


Ya está disponible para su descarga el número 27 de NARRATIVAS. Revista de Narrativa contemporánea en castellano, en dos formatos distintos: PDF, para posibilitar su impresión en papel, y EPUB, para facilitar su lectura en la mayor parte de los dispositivos digitales. La revista puede descargarse en la siguiente dirección:




Este número consta de los siguientes contenidos:



— Ensayo

¿Cómo aprenden los escoleros? En el cuento “Los escoleros” de José María Arguedas, por Beatriz Adriana González Durán

Galicia en los cuentos de Emilia Pardo Bazán, por Cristóbal Navarro



— Relatos

Configuraciones, por Nadia Contreras

Chui, por Leonardo Guercio

Depredador, por Dapena Cores

Trilogía, por Cristina Davó Rubí

Restos arquelógicos, por Elena Casero

Entre maitines y laudes, por Paloma Hidalgo Díez

La importancia del índice, por Luis Miguel Rubio Domingo

Quiero una pluma, por Jimena Tierra

Vencido por el amor, por Enrique García Díaz

Una pena de muerte, por Pablo Llanos

Microcuentos, por Rubén Rojas Yedra

Relatos, por Paloma Zubieta

De paraguas y pañuelos, por René Rodríguez Ramírez

Empresa, por Luis Topogenario

La quinta, por Marina Burana

Manos a la obra, por Patricia Nasello

La moneda de Dios, por Carlos Aymí

El difunto, por David Bombai

Ella, por Silvia Bedini

Crónica de cómo pasa las noches de verano un comemierda con depresión post vacacional, por Cristian Bertolo

Aquel día en la vida de Antoñito Melero Infante, por Salvador Alario Bataller

Lince en Albera (El códice robado), por Manuel del Pino

El peligro de los cacahuetes tostados, por Marina Montero

La casa embrujada, por Alberto Sánchez Arguello

Ritual, por María Morgade



— Novela

No se conformaría con nada (fragmento), por Víctor Juan



— Aniversarios

“La ciudad y los perros”, cincuenta años, por Pedro M. Domene



— Miradas

Pedro Páramo, por Chus Sanesteban



— Reseñas

“Aldea, 1936” de José López Rueda, por Pedro M. Domene

“El club de los filósofos asesinos” de Julio Murillo, por José Luis Muñoz

“Levantones, narcofosas y falsos positivos” de José Reveles, por José Luis Muñoz

“Madrid, otoño, sábado” de Josefina Aldecoa, por Cristina Davó Rubí

“Ronda de Madrid” de José Manuel Benítez Ariza, por José Luis Muñoz

“No habrá más enemigo” de Sergio del Molino, por José Luis Muñoz



— Novedades editoriales







26/9/12

"Lo de ayer"

Todo el mundo sabe que “lo de ayer” no era el asalto a la Bastilla, que se trataba de hacer visible el (creciente) descontento de la ciudadanía con sus representantes políticos, un “BASTA YA”, un “estamos hartos”.


Pues al parecer la casta política dominante no sabe de qué va esto y lo disfraza de un golpe de estado y, en consecuencia, actúa como si de ello se tratase. Su brazo armado, la policía, cumple órdenes y despeja a los “perroflautas” (yo no vi ninguno) que se atreven a pedir dignidad. Se rodea el Congreso con tres anillos concéntricos y se pone en nivel de alerta amarillo al ejército. Toda protección es poca frente al asalto del orden constitucional. “Se van a enterar…”

Llegué pasados unos minutos de las siete y media de la tarde, justo a la hora en la que el grito de “lo llaman crisis y es una estafa” sonaba como una bala de cañón rebotando en las fachadas de los edificios en Neptuno. Me costó abrirme paso hacia una bandera de Islandia que me guiaba y, cuando ya casi estaba a punto de llegar a ella, comenzaron los disparos y las carreras, los empujones y las caídas.

No sé si debería haber ido o no. Me apetecía pero no quería afiliarme. Me animé a lo largo de la mañana viendo lo que estaba pasando, pero tenía claro que todo era una pose, un cuadro que mostrar de nuestra real indignación.

Ellos no, ellos querían carnaza, querían ejemplificar. Ellos son mucho de fronteras, de líneas rojas, sobre todo con los débiles ciudadanos de a pie.

Entonces, siendo fiel a la dualidad del día, empecé a arrepentirme a la vez que apretaba los puños. Ayer descubrí que si hubiese tenido un AK47 me hubiese cepillado a aquellos policías y hubiese seguido hasta llegar al Congreso y cepillarme también a los políticos y a todo cristo que se pusiese en medio y, entonces me di cuenta. Sí, fue entonces cuando me di cuenta de que si en verdad los anónimos policías vestidos de robocop, y los policías infiltrados cubiertos con capuchas, y los gobernadores que mandan a esos policías, y el resto de políticos que los amparan, que si en vez de gente sensata e indignada con las manos y el alma limpia hubiesen tenido enfrente a seis mil bárbaros que empuñaran AK47 “lo de ayer” hubiese sido otra cosa. Hubiese sigo otra cosa. Y empieza a darme miedo pensar y no sé si la solución es tomar la calle o si el futuro es la huída. No sé si es mejor vivir sin ver las noticias, como si todo esto no estuviese pasando, dedicarme a mis lecturas y a mis escritos y no pensar ni por asomo que mi contribución es necesaria para cambiar todo esto. O si es mejor dar la vuelta a todo el sistema, luchar por la revolución. Porque, ya lo sabía, pero “lo de ayer” hace que me avergüence todavía más de vivir donde vivo.

Ya veis, estado bipolar.

Ya sabéis, vergüenza ajena.

20/9/12

Finalistas Premio Setenil 2012

El jurado selecciona los diez finalistas del Premio Setenil al Mejor Libro de Relatos 2012


El jurado del IX Premio Setenil al Mejor Libro de Relatos Publicado en España 2012 ha dado a conocer los diez títulos finalistas, cuyo fallo se conocerá a finales del próximo mes de octubre. Este año, el premio ha mantenido la alta participación de ediciones anteriores, registrándose un total de 58 títulos presentados por editoriales y autores de todo el país.



El jurado está presidido, en esta ocasión, por la escritora Cristina Fernández Cubas, y también formarán parte Antonio Lucas, poeta y redactor de Cultura del diario El Mundo, y José María Pozuelo Yvancos, Catedrático de la Universidad de Murcia y crítico del diario ABC. El acto de entrega del premio, al que asistirá el ganador y los miembros del jurado, tendrá lugar en el mes de diciembre en Molina de Segura.



Los títulos elegidos por la comisión de preselección son, por orden alfabético de apellidos, los siguientes:



El vigilante del fiordo, de Fernando Aramburu (Tusquets)

Conversación, de Gonzalo Hidalgo Bayal (Tusquets)

Los caníbales, de Iván Humanes (Libros del Innombrable)

Historias de un dios menguante, de José Mateos (Pre/Textos)

Hacerse el muerto, de Andrés Neuman (Páginas de Espuma)

El libro de los viajes equivocados, de Clara Obligado (Páginas de Espuma)

Calle Aristóteles, de Jesús Ortega (Cuadernos del Vigía)

Geometría del azar, de Fernando Palazuelos (Baile del Sol)

Habitaciones privadas, de Cristina Peri Rossil (Menoscuarto)

Esquina inferior del cuadro, de Miguel A. Zapata (Menoscuarto)



El Premio Setenil al Mejor Libro de Relatos Publicado en España, convocado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Molina de Segura y dotado con 10.000 euros, ha llegado a convertirse en una referencia nacional en el género del cuento. Lo han obtenido en anteriores ediciones: Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez (Anagrama); La vida en blanco, de Juan Pedro Aparicio (Menoscuarto); Parientes pobres del diablo, de Cristina Fernández Cubas (Tusquets); Si te comes un limón sin hacer muecas, de Sergi Pàmies (Anagrama); La marca de Creta, de Óscar Esquivias (Ediciones del Viento); Estancos del Chiado, de Fernando Clemot (Paralelo Sur); Los hábitos del azar, de Francisco López Serrano (Renacimiento); y Distorsiones, de David Roas (Páginas de Espuma).   Ni que decir tiene que deseo suerte a todos, pero muy especialmente a mi admirado Miguel Ángel Zapata. Siempre digo que ser finalista ya es un premio, un reconocimiento.

4/9/12

CARNE CRUDA




A Javier Gallego le sigo la pista en las ondas radiofónicas desde que descubrí que era capaz de hacer lo que nadie conseguía: que una emisión completamente programada y revisada de una hora de duración pareciese un acto informal y cachondo de gran calidad. Y escribo esto recordando mis días en Radio Juventud de Madrid, aquellos programas frenéticos de los 80 en los que todo, o casi todo, estaba permitido y cada programa era un reto a la creatividad. Todo aquello, libre y hermoso, que empezó a pudrirse cuando llegaron las exigencias de guiones previos, de música medida y detallada y de advertencias varias en su paso a Radio Cadena Española y, posteriormente, a Radio Nacional.

El único que ha sabido salirse de la norma o, al menos, parecer que lo hacía, era Javier Gallego y su “Carne Cruda”. “Carne Cruda” era un ejercicio de respiración en libertad, una postal auténtica de lo que la realidad ofrece a diario, una confrontación permanente contra el abuso de poder. No lo pretendía, desde luego, pero los acontecimientos iban decantado la realidad y, por tanto, el contenido del programa. Solo había que seguir la línea. Lo que empezó a ocurrir en la primavera de 2011 no se podía obviar, y él no lo hizo.



Estaba claro, le ajustarían las cuentas. Y lo han hecho. Lo han hecho de un modo deleznable que les define, prometiéndole continuar después de hacer que se bajase el sueldo y que ajustase el presupuesto para despedirle dos días antes de retornar a las ondas. De este modo han conseguido que no pueda despedirse de sus oyentes (como la mayoría de expulsados de la nueva Radio Nacional) y, además, le han impedido buscarse la vida durante el verano para encontrar un hueco en parrillas de programación de otras emisoras punteras que, de seguro, querrían contar con él. Un auténtico acto depurativo que da al traste con la libertad de expresión. De eso, amigos, estamos hablando.



A finales de 2009 Patxi Irurzun y yo fichamos a Javier Gallego para participar en Simpatía por el relato (Cuentos escritos por rockeros). Que “Crudo” escribe, y de fábula, ya lo sabíamos, lo que yo no sabía era que cumplía el requisito de ser rockero practicante (es baterista en una banda llamada Forastero, antes lo era de Dead Capo). Nos envío su relato (un cuento surrealista que no tiene desperdicio) y se enroló en el barco pirata con el resto de simpáticos rockeros. Y no solo eso: nos invitó a acompañarle a su programa de radio cuando el libro cobrase vida.



Uno de los mejores momentos que nos deparó a Patxi Irurzun y a mí la edición de Simpatía por el relato (Cuentos escritos por rockeros), fue poder participar de esa locura medida en el programa de “Crudo”. El día siguiente a la presentación oficial del libro en Madrid, nos juntamos en la Casa de la Radio con unos cuantos autores y músicos y participamos en la comunión bárbara de “Carne Cruda”. Nos dejamos llevar por el oleaje, y yo me sentí Ulises regresando a Ítaca, en un viaje personal al pasado que siempre le agradeceré.



Correspondía ahora poner el enlace del podcast con el audio de aquel programa, pero resulta que el audio ha desaparecido y el enlace correspondiente al 18 de noviembre de 2010 está vacío.



De aquellos días de ruta y promoción del libro con presentaciones y conciertos por toda España, ha nacido un diario que alguna vez verá la luz. En un capítulo de ese diario narro aquel 18 de noviembre, entre las 2 y las 3 de la tarde, que ahora voy a adelantar. Sirva este fragmento como homenaje a Javier Gallego y a su espíritu de libertad.


Ah, y no os perdáis las fotos al final del post.




6. Carne Cruda



Yo todavía estaba excitado y apenas he podido dormir. He revivido con los ojos cerrados muchos de los momentos, como si fuese un niño en la noche de Reyes que visiona los juguetes que desea, que los imagina en sus manos. Sigo en la nube. Aunque he descansado mi cerebro no ha logrado desconectar. Me levanto antes de la hora. La ducha reparadora hace su efecto y desaparecen los restos de resaca. Mientras Patxi se levanta y toma su ducha, preparo café.

Desayunamos en la cocina, unas magdalenas que ha traído Isa y que ayudan a desperezar el estómago. Patxi ha dormido bien, pero siente la euforia también. Estamos comentado pasajes del día anterior cuando suena el teléfono. Es Aarón, el productor de Radio 3, me pregunta por el teléfono de Agnes para adelantar la recogida. A nosotros también nos vienen a buscar antes. Todo está preparado.

Mientras esperamos la llegada del coche buscamos en Internet alguna noticia de la presentación en el Fnac o de la fiesta de Gruta 77. No ha aparecido nada, ni una reseña, aunque empiezan a verse comentarios en blogs y en facebook. Buscando noticias nos encontramos con algo inesperado: Patxi López, el lehendakari, recomienda Simpatía en su blog personal. Patxi no se sorprende, dice que es un rockero y hablamos del poema de Kirmen Uribe que recitó cuando tomó posesión del cargo. Eso está bien, si los rockeros dominasen los círculos de poder, el mundo sería otra cosa.

Aprovechamos para colgar en el blog del libro los carteles y el anuncio de la presentación y concierto de Fuenlabrada de la tarde, y la fiesta que se va a montar en Carne Cruda por la mañana, con un montón de autores que participan en la antología.

Patxi me cuenta que ya hace años colaboraba con Javier Gallego en otro programa que tenía. Patxi enviaba relatos que se leían en antena. Por eso fichamos a Javier para el libro, porque Patxi se acordó de él y porque es un programa que escuchamos a menudo. Me contó esa anécdota y buscando en la página del programa vio que Javier era batería de un grupo de rock, Dead Capo. Reunía el requisito de ser músico para entrar a formar parte de Simpatía.



A la una menos cuarto, como un reloj, un Peugeot 607 nos recoge en la puerta de casa. ¿Señor Patxi?, pregunta el chofer al vernos salir del portal. ¿Alguno de ustedes es el señor Patxi? Yo miro a Patxi y él mira a su alrededor. No está habituado a lo de “señor”. Nos reímos. El chofer es un chaval joven, veintipocos años, y el GPS le está volviendo loco para salir de Fuenlabrada. Le guío yo hasta que alcanza la M-50. En el salpicadero, frente al asiento del acompañante en el que estoy sentado, lleva una pegatina que pone “Solución real a la crisis: TÚ futuro, TÚ vida, TÚ felicidad depende de TÚ participación www.todosunidos.es”. La leo y me calló, no digo nada. Tengo la impresión de que está ahí puesta para que pregunte y mis 47 tacos me han enseñado a distinguir los anzuelos.

Vamos charlando sobre el día que nos espera.



[….]



Estamos llegando a la Casa de la Radio, en Pozuelo, donde se ubican los estudios de Radio Nacional de España. Cuando nos aproximamos a la barrera de entrada, mientras comprueban nuestros nombres en el listado de autorizaciones, el conductor se dirige por primera vez a nosotros. Nos dice que nos quiere dar algo y nos entrega una pegatina y una tarjeta igual a la que estaba pegada en el salpicadero del coche “Todos Unidos”. Mientras, como un comercial con experiencia, nos dice que la culpa de la crisis no es el ultraliberalismo económico, ni el libre mercado, ni la universalización del mismo, ni la burbuja inmobiliaria, dice que la culpa la tiene la entrada de España en el euro, que España no estaba preparada y que ahí nace la crisis. Nos quedamos callados, son esos segundos comprometidos, pero el guardia de seguridad se asoma por la ventanilla y dice que nuestros nombres no figuran en el listado.

¿Y cómo es posible eso?, pregunto al chaval.

Les dejo en esta puerta y les recojo al otro lado. Tengo hechos cálculos que demuestran mi teoría.

Patxi y yo bajamos, nos metemos en el pabellón de acreditaciones y nos miramos con una sonrisa en la boca. Joder, hay gente para todo. Nos dan la pegatina de la acreditación y pasamos por el control de seguridad. Al otro lado de la puerta nos espera el coche.

He hecho cálculos, están todos en la web de la tarjeta que les he dado. Yo soy economista. Bueno, ahora estoy de conductor porque necesito comer, pero soy economista y sé lo que digo. Nos tienen engañados. Entren, entren a la web y ya me dirán. Para el coche y nos bajamos. Resulta que nos ha recogido para llevarnos diez metros más para allá de donde estaba el control de seguridad. Para soltarnos el discurso.

Nos bajamos, le damos la mano y miramos para otro lado.



En la puerta, guitarra en la espalda, está Juan Abarca, de Mamá Ladilla, con la misma cara de rana cachonda de la noche anterior. También está la basca de Yeska, y La desbandada, los músicos de Kike Babas. Nos fumamos el cigarro de la espera mientras comentamos lo de ayer. Cuando acabamos Patxi y yo decidimos subir, junto con Juan. Juan nos guía, ya ha estado allí y sabe dónde están los estudios. Le seguimos y llegamos a la tercera planta. Salimos al pasillo y encontramos un rincón con tres tipos fumando, echando la ceniza en una botella de cocacola con agua. Delante, bien grande, hay un cartel que prohíbe fumar. Seguimos andando y, en la otra esquina, vemos un grupo de gente charlando sentada en los muretes de la ventana. Nos asomamos. Es el estudio de Carne Cruda, pero hasta cinco minutos antes de emitir no subirá nadie, nos dice una chica en el estudio. Miro el reloj. Son menos cuarto. Nos quedamos junto al grupo, en la esquina. Aparece Juan Abarca, guitarra en ristre y una chica del grupo nos pregunta:

¿Va a haber música en directo?

Sí, responde Patxi.

La chica sonríe pero su gesto es de incredulidad.

¿De verdad va a haber música en directo?

Sí, dice Patxi, más tranquilo que la hostia.

La chica vuelve a reírse.

¿No estás hablando en serio?¿A qué no?

Sí, dice Patxi, que empieza a flipar porque se suceden una serie de acontecimientos, como lo diría: “paranormales”.

¿Y cuantos músicos vienen?

No sé, dice Patxi, cuatro bandas, creo.

La chica inicia el rictus de la sonrisa, pero pronto vuelve la incredulidad a su rostro.

¿Y cuantos instrumentos por banda?

Juan, que para eso es músico, toma la palabra y dice que él solo la guitarra, pero que abajo hay gente con cajón, bajo...

La chica da un salto desde el poyete en el que estaba sentada y sale disparada hacia el final del pasillo. Va murmurando algo, pero yo sólo entiendo que dice joder, joder, joder....



Patxi y yo nos vamos a la otra esquina, la del cartel de prohibido fumar y las botellas de cocacola de dos litros llenas de agua con ceniza. Nos ofrecemos un cigarro y le damos candela. Son menos diez. Llamo a Carlos Pina. Esta abajo, en la entrada del edificio, con el resto de gente. Le digo que ya estamos en la puerta del estudio, en la tercera planta y él me dice que sube con ellos. Efectivamente, son unos cuantos, tantos que la gente de los controles lo flipa. Viene Agnes con Carlos (abrazos), Dani, de Insolenzia, con su guitarrista de directo, Miguel Lucía, y con Luter (abrazos), Antonio Yeska y el bajista de su banda, Julio A. Gallego (abrazos), y parte de La desbandada.

Algunos se unen a nosotros, en la esquina de prohibido fumar, donde es incluso más placentero esto de echar humo, y el resto, en la esquina contraria del ring, esperan a que comience la fiesta.

Yo miro el reloj. Faltan dos minutos para empezar la emisión cuando aparece Javier Gallego por el estudio, papeles en una mano y bolsa con litronas de cerveza en la otra.

Entrad dentro, ya.

No cabemos todos y eso que es un estudio grande. La chica del joder, joder, joder aparece con un cajón rodante lleno de micros, auriculares y cables y se lía a montarlo todo. Descubro que el estudio es doble, que tiene dos mesas de control: una para los tertulianos sentados en una mesa en forma de U y otra para los músicos, al otro lado de la sala. Emiten la música de la cabecera del programa cuando todavía están montando micros y sus pies. No hay sillas para todos. Carlos coge una de algún sitio y se sienta junto a mí (junto a Agnes debería decir). Enfrente tengo a Patxi (extremo izquierda), Antonio Yeska Corleone, Juan Abarca y Dani Salcet. Hay un cachondeo de la hostia, entre lo de montar el sonido a los músicos y las cervecitas rulando por ahí. Javier nos dice que hablemos, que siga el rollo aunque estemos en el aire. Yo no me entero de nada, porque no tengo cascos para seguir la emisión, pero me da la impresión de que todo lo que está pasando, no pasa porque sí, que Javier quiere darle al programa ese punto de locura.

Lógicamente me acuerdo de aquellos años, claro que sí. De aquel estudio pequeño en Diego de León, de aquel edificio en el patio interior, de aquellos controles de diez pistas, de las cintas para los anuncios a la izquierda y de los petas que hacía Luz cuando venía por el estudio. De los grupos a los que invitábamos, de la impresión que me causó Yosi y sus Suaves tocando el “Peligrosa María” con siete guitarras acústicas, una entrando tras de otra en la melodía de la canción, todos de pie en aquella pecera tan pequeña, de aquel especial AC/DC que fue el primero que escribí para la radio (¡Inyéctate veneno!), de los guiones de La Naranja Mecánica (“Mis queridos drugos, estábamos mis amigos y yo en el Moloko Plus con las guarrillas de siempre cuando...”). Sí, todo eso se agolpa en mi cabeza en este momento, mientras Javier presenta el programa y va desgranando sus contenidos.



Aparece por la pecera Kike Babas (fuerte abrazo), al que hace tiempo que no veía. Kike Suárez “Babas” hecho un chaval, que ha publicado dos maravillosos libros, Días de speed a falta de rosas y El engranaje de las Mariposas. El primero es una pasada. Me impactó. Disfruté de su lectura. Es un libro que he regalado a mucha gente, colegas que saben de qué va esto.

No es coincidencia que conociese a Kike el mismo día que se gestó Simpatía. Fue en la fiesta del Hank Over/Resaca, en el Gruta, cuando me dedicó el libro:

¿A quién se lo dedico?

A mí.

¿Y tú eres?

Yo soy Esteban (apretón de manos), pero llámame Bacø.

¿Bacø?


“A Bacø, ___________ . Haz los honores”

Hasta para la dedicatoria es la hostia Kike Babas. Él solito se ha encargado de montar el cartel de la noche en Fuenlabrada, de coordinarse con Edu y el resto de gente de El Grito, de conseguir un conciertazo.

Kike trae agua, tres botellas grandes. Agnes, Carlos y yo nos quedamos una.


Javier lo tiene claro. Él sí sabe cómo se va a hilar todo. Sus guiones son simples, cuatro palabras en cada hoja. Nos pregunta a Patxi y a mí por cosas concretas del libro para ir dando paso a los autores o a la música. Lee con sonido ambientado el relato de Enrique Villarreal (Drogas) y luego da paso a uno de los temas de La tierra está sorda, a la vez que anuncia un concierto de Barricada en Madrid.

La unidad temática no existe en Simpatía. Pensábamos que serían cuentos rockeros, sobre el mundo del rock. Drogas, sexo y rock and roll, decía la canción. Pero Agnes y Carlos Pina rompieron la baraja. Los dos hablan de esos textos, de su porqué, y Carlos llega a leer el principio del suyo, lleno de frases fuerza, de palabras sentencia, de amor y honestidad, de demonios que dejar atrapados en el papel. Texto libertad, tanto para Irene como, sobre todo, para él.



Todo trascurre deprisa, a velocidad de locomotora y el estudio parece el camarote de los Hermanos Marx. Por segunda vez, por segundo día consecutivo, la metáfora del camarote se hace realidad. Dani, con Miguel Lucía a la guitarra, vuelve a cantar la historia que contenían esas mil tres líneas anotadas en un cuaderno, la historia de los Pozos de Caudé. Se me va quedando prendada esa historia. Luego Kike Babas lee uno de sus textos, también entrañable dedicado a Eskroto, el cantante de Tijuana in Blue. Luter desgarra con su guitarra y su voz bronca un nuevo tema; como ya lo hizo Juan Abarca y ese “perro” que no sabemos qué le pasa. El buen ambiente transforma las sonrisas en abiertas carcajadas. Todo va deprisa, tres segundos de prueba de sonido (todo un record) y finaliza la emisión con el “Ya no me pongo” de Kike Babas y su Desbandada. El último acorde de la canción coincide con los pitidos de la señal horaria que marca las tres de la tarde, como si todo hubiese estado medido y cronometrado. Nos miramos y sacamos la lengua, como el logotipo de los Rolling Stones.