La vida es sueño. La verdad de la vida se encierra dentro de nosotros, en el mundo de las ideas. Nos esforzamos continuamente en trasladar ese mundo que nos habita al mundo llamado “real”. Fracasamos constantemente. Sólo en algunas ocasiones logramos realizar el paredro. Esa es la trampa, lo único que nos lleva a querer intentar efectuar la transposición, a decirnos: “es posible”. Sí, a veces, muy pocas, es posible, pero ¿merece la pena? La alternativa está ahí, y no somos capaces de verla; está, pero no queremos saber de ella. Nos entra el vértigo, el miedo irracional a ir contra la corriente. Tan sólo una pregunta, ¿por qué los más felices son esos a los que llamamos “locos”?Imágen tomada de internet: http://aiyana.blogia.com/2006/092501-yo-me-justifico-tu-te-justificas-el-se-justifica....php
2 comentarios:
A veces no tenemos suficiente fe en nosotros mismos para creernoslo y hacerlo realidad. Lo vemos lejano y cada vez se difumina más en el tiempo y la distancia.
Besos
Sí, puede que sea una cuestión de fe en nosotros mismos; pero también puede ser una cuestión de saber más allá de lo que la aparente "realidad" nos ofrece.
Un beso
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