Fotografía original para la portada de Javier Jimeno Maté, Diablo.es
Monotonía de lluvia tras los cristales (fragmento)
Se fumaban
un canuto después de cenar. Todas las noches, desde que se casaron hace más de
cinco años.
Era una
rutina, el calmante de una jornada áspera y vulgar que se reflejaba en sus
pupilas bajo la luz blanquecina del fluorescente. Aprovechaban ese momento,
sentados en la mesa de la cocina, uno frente a otro, para charlar un poco de
los asuntos que tuviesen en la cabeza.
Juan
comenzaba su rollo diario sobre actitudes irrespetuosas, jefes desconsiderados,
incomunicación organizativa, envidias manifiestas, leyes selváticas y demás
reproches sobre el ambiente de trabajo; fuese el trabajo que fuese.
En esos
momentos, según el grado de indignación de Juan, Adela empezaba a saber cómo de
verdad estaban las cosas, y si tenía que temerse o no unas semanas de
convivencia extra que cada vez le resultaban más insoportables. Era ya imposible
convencerle de que el problema no eran los demás. Había salido tarifando de más
de doce empleos en estos cinco años. Y no más porque el padre de Adela contuvo
todos sus nervios antes de explotar dos años después de haberlo colocado al
frente de un brillante negocio de mensajería que Juan derribó por completo.
Adela
parecía escucharle con atención, pero en realidad hacía tiempo que sabía
desconectar y esperaba paciente que el efecto de la maría apareciese. Mientras
tanto, ella solía preguntarse, todas y cada una de aquellas noches de los
últimos diez meses, por qué no había abandonado esa casa cuando pudo hacerlo,
por qué no lo hizo cuando cambiaba sin riesgo un hombre por otro, una realidad
por una promesa que no podía ser peor. Sí, recordaba a aquel tipo. Todas y cada
una de esas noches se preguntaba qué sería de él.
Adela tenía,
por supuesto, algún puente tendido a la realidad. Era capaz de mover la cabeza
en sentido afirmativo o negativo con pleno acierto cuando Juan preguntaba
¿No hubieses
hecho tú lo mismo?,
o
¿Tú crees
que eso es lógico?,
y todo ese tipo de preguntas imbéciles que él hacía para
autoafirmarse en sus convicciones, aún a costa de ser un eterno perdedor...
MI MARIDO ES UN MUEBLE
Esteban Gutiérrez Gómez
Editorial: Ediciones Lupercalia
Colección: Compacta
Encuadernación: De bolsillo
Año de edición: Abril de 2015
Encuadernación: De bolsillo
Año de edición: Abril de 2015
P.V.P: 12,95 euros
Número de páginas: 144
I.S.B.N: 978-84-943332-3-1
No hay comentarios:
Publicar un comentario