El escriba, de Robert y Shana ParkeHarrison

El escriba, de  Robert y Shana ParkeHarrison
"Un libro debería ser un hacha para romper el mar congelado en nuestro interior" "¿Por qué la gente del futuro se molestaría en leer el libro que escribes si no les habla personalmente, si no les ayuda a encontrar significado a su vida?" J.M. COETZEE ("VERANO")

11/1/11

SORDO: Último poema de la cosecha 2010


A Marcos, 20 años, mi hijo

SORDO

Hay días que parecen normales
pero que a la primera
a la segunda
a la tercera acción del día,
se tuercen.

Antes, no sé porqué, me ponía nervioso,
apretaba el culo y agarraba mi estómago:
la angustia me dominaba.
Pero ahora no,
ahora he aprendido y
en décimas de segundo
me pregunto, analizo, asumo,
y ya nada
me preocupa.

Sé, además, que la cosa no quedará ahí,
que el camino se volverá a quebrar
y, efectivamente,
así ocurre.

Me pregunto, analizo, asumo
y espero el devenir,
porque la mayoría de las veces,
ese tipo de días de los que hablo,
la cosa vuelve a torcerse
y procuro entonces no carcajearme
ni aparecer con sonrisa idiota,
a la hora de las explicaciones.

Tampoco ruego para que acabe el día,
por lo que pueda ocurrir.
He empezado a disfrutar
con estas situaciones,
no todo va a ser de color rosa
y no siempre va a lucir el sol,
qué hostias.

He aprendido a levantar las cejas
y a encogerme de hombros
y a no ofuscarme
por lo que el destino
me guarda.


Por eso,
cuando mi hijo se caga en dios
o echa la culpa a los demás
de sus errores
o se excita por lo irremediable,
cuando busca mi aseveración
-que no suele producirse-,
leo en sus ojos,la incomprensión
cuando le digo
que
las piedras en su camino,
sólo se las pone él,
que
en esta vida hay que saber jugar
con las cartas que te toquen, y
que
nadie dijo que vivir
fuese algo sencillo.

Pero él, todavía, no me escucha.

Y no le culpo,
yo he tardado 45 años
en perder mi sordera.

Bacø,2010

(las uvas de este poema se recolectaron el martes 28 de diciembre de 2010, día de la presentación de “Burning, veneno del rock” en Madrid, tras pasar una noche poética con Ana Pérez Cañamares en Diablos Azules. El vino se obtuvo por maceración carbónica unos días después, tras dejar reposar los racimos unos sobre otros, y esperar que el tiempo hiciese su trabajo. Se limpió de posos y rebabas. El afrutamiento que destila a la nariz es característico de la uva mencia que absorbe todo lo que la tierra le ofrece. A pesar de su juventud, muestra taninos e impurezas que le dan ese amargor característico al final de la cata)

3 comentarios:

Luisa dijo...

Esa sordera… me suena.
Creo que los hay con 46 cumplidos que todavía intentan superarla, pero la vida sigue sonando a 200 amperios y da calambre.

Yo, por si acaso, también me hago la sorda.

Un besazo.

María Jesús Siva dijo...

Todo se modifica con el tiempo y la edad. Las conductas suelen variar a medida que maduramos y entendemos muchas cosas, y aún así, con nuestros años a la espalda, a veces nos cogemos unos cabreos fenomenales.
Muy resl.
Nos vemos esta tarde.
Un beso

Baco dijo...

Gracias, Luisa y Chusa. Siempre estamos aprendiendo a vivir.

bss