No fue suficiente
que durante tres meses
fuese cada noche a dormir al hospital.
Mochila en mano,
después de clase,
con los pies reventados de bailar.
No fue suficiente.
Te había dado
un ataque al corazón
y aún así
eras el mismo hijo de puta
de siempre.
Pero claro,
en vez de agradecer nada,
seguiste en tu línea.
Porque explícame una cosa,
¿de verdad era necesario
quemarlas?
Mis zapatillas de ballet,
las primeras que había tenido,
las que colgué en mi puerta
para sentirme orgullosa.
O es que te vas a creer
que me importó algo tu explicación.
A mí, me da igual
que te recordasen al hospital,
o a que casi te mueres.
Porque a ti lo que te jodió,
estoy segura,
es que tu hija,
la que nunca hizo lo que tú quisiste,
la que estudiaba algo que tú odiabas,
esa,
de la que nunca te sentiste orgulloso
la que según tú no merece tu apellido
esa hija,
fue a pasar las noches
contigo.
Poema inédito de J. Das.
4 comentarios:
Tremenda la imagen. El daño que se puede hacer en un solo acto que no conduce a nada y se queda prendido muy adentro, para siempre.
Muy buen poema, Javier.
Besos
Pues tengo otro, sobre el mismo tema y basado en la misma persona, aún más fuerte.
Pero no lo encuentro. Cuando aparezca lo publicaré.
Bexos
Ya conocía este poema. Me impactó la primera vez que lo leí. Tal vez por las similitudes que una puede encontrar en él. Las relaciones familiares difíciles siempre traen consigo el desgarro emocional. Eso se palpa en este poema.
Un beso.
A ver si algún editor abre los ojos. Javier se merece una buena distribución.
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