
Hace treinta años
(cuando teníamos ganas de vivir)
Mis amigos
y yo
habíamos decidido romper
el culo
al mundo.
Mis amigos
y yo
queríamos arrasar
esta puta
ciudad.
Volábamos
en el "forfi" a la busca
de víctimas
propiciatorias.
Nada escapaba
a nuestras miradas:
un cajero automático,
un puesto de periódicos,
un buzón de Correos.
Yo, yo,
dijo el tartaja,
el único
que no había
bebido.
Prendimos la antorcha,
se la dimos,
y
mis amigos
y yo
echamos
a correr.
Bacø, 2010
Cuando todavía teníamos ganas de vivir…
ResponderEliminarMuy bueno, Baco.
Lo cuelgo en mi blog, con tu venia, después del lapso Santísimo.
Un beso.
Gracias, Luisa, es un honor.
ResponderEliminarUn besote
Ostia, qué bueno, Baco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Javier.
ResponderEliminarMe alegro que te guste.
nos vemos pronto.
La rebeldía unida a la juventud y al final esa rara acepación que lleva implícito el paso del tiempo. Muy bueno.
ResponderEliminarBesos
Sí, Ada, querer cambiarlo todo y luego salir correindo.
ResponderEliminarUn beso,
E.
También cuando teníamos ganas de cambiar este jodido mundo.
ResponderEliminarPero muchos echamos a correr y el mundo, tal vez, nos jodió a nosotros.
Me ha gustado, Baco.
Un abrazo de mos desde la orilla.
Gracias, Mos.
ResponderEliminarEso pasó, pero no sé bien por qué, la sangre me lleva siempre contracorriente, contra el mundo.
Un abrazo