LA TRISTEZA DE LAS TIENDAS DE PELUCAS
Patxi Irurzun
Entrañable
Según el diccionario “entrañable”
es un adjetivo que viene a calificar a una persona, objeto o a un acto como
íntimo, como muy afectuoso. No parece muy apropiado calificar de “entrañable” un
libro de cuentos de Patxi Irurzun, dada
su merecida fama de escritor cañero, comprometido, irreverente, antisocial y nada oficialista, sin embargo, es el calificativo que
me viene a la cabeza cuando acabo de leer La
tristeza de las tiendas de pelucas.
En esto del cuento Patxi Irurzun es un
maestro, uno de los mejores. Sabe condensar en unas pocas páginas una historia,
atrapa al lector desde el primer párrafo y no lo suelta hasta el final, con la
respiración contenida. Mantiene la tensión narrativa, sabe salpimentar los
momentos íntimos en el relato, darle la distancia precisa, esconder la
información para que sea el lector el que la descubra entre líneas. Maneja
todos los mecanismos que la narrativa breve ofrece al escritor, y sabe
utilizarlos en el momento preciso en el que la historia, el cuento, lo demanda
(punto de vista del narrador, estilo) para conseguir el efecto deseado.
He pasado unas horas divertidas,
con relatos en los que podía adivinarse una ironía tan afilada como el escarapelo de un cirujano. “El vértigo
de Spiderman” es un buen ejemplo de esa puya contra la actual sociedad,
consumista y deshumanizada , aunque
hay más referencias. “Fray Spray” es uno de mis relatos preferidos. Las
andanzas del alberguero al que le roban los peregrinos del Camino de Santiago
es una de las más divertidas y tristes a la vez, combinación agridulce que
Patxi utiliza con maestría en muchos otros cuentos. Pero entrañables son en
verdad los cuentos con los que se abre y cierra el libro. “Mi padre, los libros
de Reno, Ned Flanders y los beats,
todo en la misma frase” es en realidad un homenaje a la figura de su madre, que
ejerció también de figura paterna con él y sus hermanos desde que el padre muere
en un accidente. Una historia real, porque
Patxi Irurzun busca lo extraordinario en lo cotidiano, y sabe
encontrarlo y ofrecerlo al lector. Y entrañable es “El cangrejo valiente”, una
metáfora de la vida vista por un niño, mejor dicho, escrita desde el punto de
vista de un niño, con toda la indefensión que le otorga su inocencia.
En resumen, otro libro
imprescindible del escritor navarro, como sus diarios (Dios nunca reza y Atrapados
en el paraíso) y el resto de su producción narrativa (tanto las novelas,
como los libros de cuentos, que son bastantes, y que recomiendo). Unas lecturas
que se agradecen, porque nos emocionan. En los tiempos que corren (malos
tiempos) la literatura de Patxi Irurzun nos permite por un lado reírnos de la
realidad y por otro enternecernos con las historias íntimas, muy afectuosas,
que esa realidad ofrece.
Esteban Gutiérrez Gómez, 2013